Silente, con el rostro demudado. Así se retiró Pablo Milad, presidente de la Federación de Fútbol de Chile, tras la vergonzosa derrota de Chile ante Bolivia, selección que cortó una racha de 67 partidos sin triunfos fuera de su casa.
El árbitro paraguayo Juan Gabriel Benítez pitó el final del duelo y se desató la crisis. La Roja perdía por primera vez en su historia como local ante la modesta selección altiplánica y las caras de los asistentes valían más que cualquiera observación de lo que se vivía en Ñuñoa.
Atrás quedaban los días que anunciaron la llegada de Ricardo Gareca a la banca nacional. Cuando, en febrero pasado, el orgulloso presidente de la ANFP contaba detalles de cómo había convencido al Tigre para que tomara el proyecto.
“Cuando estuvimos en Buenos Aires con toda nuestra comisión, conversando más de cuatro horas de fútbol, me hizo una pregunta que me llegó muy profundo: ‘¿Cuál es el proyecto de Chile, que están haciendo?’”, dijo en ese entonces el curicano.
Meses después, la situación es completamente opuesta. El fracaso de la Roja en la Copa América y las dos derrotas, en igual cantidad de partidos al mando del argentino en las Eliminatorias Sudamericanas, han crispado los ánimos entre el cuerpo técnico y la dirigencia.
Incluso, el propio entrenador, en la conferencia de prensa tras la derrota, aludió a los directivos chilenos para explicar su continuidad en el equipo chileno, cuando fue requerido por los medios.
“No tengo yo la respuesta sobre mi continuidad. Usted está haciendo una pregunta que tiene que votar la dirigencia, por ejemplo. De parte mía, mientras que no pueda hacer un trabajo, bueno, voy a hacer un trabajo. Todavía, matemáticamente, tengo chance de clasificar”, graficó Gareca en su alocución.
La reacción de Milad
Lo cierto es que Chile está en una incómoda posición. Tras esta nueva derrota, la escuadra nacional quedó en el noveno puesto entre 10 equipos, con solo cinco puntos; producto de un triunfo, dos empates y cinco derrotas.
Penúltimo puesto que deja al equipo muy lejos de la Copa del Mundo 2026, situación que supone un tercer torneo consecutivo con ausencia de la Roja, un verdadero fracaso para el fútbol nacional.
Por eso, una vez que terminó el duelo, el presidente de la federación chilena no escondió su estupor y su molestia. Es más, rehuyó las preguntas de los medios que lo requirieron.
“Es un momento difícil”, fueron las escasas palabras que ensayó cuando se retiraba rápidamente desde los palcos del Estadio Nacional, con una mueca incómoda frente a la insistencia.
Cuando fue consultado por el papelón que hizo el equipo nacional, el expresidente de Curicó Unido dio una insólita respuesta para sortear más preguntas: “yo no jugué esta noche”.
Pero Milad no se quedó. De manera inmediata, personal de la ANFP rodeó al timonel mientras espera el ascensor que lo sacó de esa zona del recinto. “Tristeza no más, qué voy a decir”, expresó mientras esperaba la apertura de la puerta.