La reacción del astrólogo de Jorge Almirón ante acusaciones de brujería en el plantel de Colo Colo
Este viernes, Rosemaria Eggers, esposa de Erick Wiemberg, remeció la convivencia interna alba al acusar prácticas sobrenaturales para perjudicar a un integrante del plantel, que luego aclaró que no se trataba de su marido.
Este viernes, horas antes de enfrentar a Deportes Iquique, una extraña acusación remeció la intimidad de Colo Colo. Rosemarie Eggers, esposa de Erick Wiemberg, lanzó una fuerte, pero poco clara acusación. “Jamás había visto y evidenciado tanta maldad en una persona… Como puede existir gente que juegue con cosas tan delicadas como querer hacer un mal a otras personas, como querer quitarles un puesto y lesionarlos a través de usar ‘brujerías’”, expuso a través de su cuenta en Instagram. “Quiero dejar escrito, por primera y última vez, que después que se enteren de las cosas que me han estado ocurriendo, no me relacionen más con aquella persona y me dejen de preguntar, una y otra vez, ¿qué pasó? Porque la respuesta es evidente”, advirtió.
También anunció una medida precautoria. “Sacar mis fotos junto a Erick por un tema de protección, dado que nosotros sí somos creyentes… Mi intención no es mostrar ni dar detalles de aquel suceso, ya muchos se han dado por enterados”, expuso. Finalmente, aclaró que Wiemberg no era el perjudicado por el maleficio. “No es Erick directamente el afectado, como están demostrando algunos medios errados”, estableció.
La teoría
La intervención de Eggers dio origen a una intensa búsqueda de un indicio que esclareciera el episodio. De hecho, como distintas versiones la sindicaban como la autora de un rito para ‘congelar’ a Matías de los Santos cuando disputaba el puesto con su esposo, Florencia Pouso, la mujer de Maximiliano Falcón reaccionó con un sarcasmo a través de la misma plataforma que había ocupado Eggers. “Avakadavra”, escribió, textualmente, en alusión a la tradicional expresión que antecede a algún hechizo. En rigor, abracadabra.
En el plano futbolístico, al menos, la incidencia no produjo contratiempos, pues Wiemberg y Falcón convivieron armónicamente en la antesala del choque ante los Dragones Celestes y, además, contribuyeron a una victoria clave para que los albos se mantengan al acecho de Universidad de Chile, incluso descontando un punto a la ventaja de los laicos, que no pudieron superar a Ñublense.
Fuera de la cancha, en tanto, la preocupación apuntaba a determinar el origen de la maldición y, principalmente, los efectos que podría generar en la campaña del Cacique.
Pouso, por cierto, es una habitual defensora pública de su marido. “Si te faltan fuerzas yo te doy las mías”, escribió después de que el uruguayo fuera expulsado ante Everton, etiquetándolo. “Juntos contra todo y todos siempre. Te amo, mi vida”, respondió Peluca.
La medida
Giorgio Armas es conocido en el mundo del fútbol como El Astrólogo de Boca. Sin embargo, la lista de clubes y personajes que asesora es mucho más amplia. En la de los equipos, hace unos meses aparece Colo Colo. La explicación es obvia: la relación que fraguó con Jorge Almirón en la época en que el transandino dirigía a los xeneizes.
“Confirmo lo de Rous. Tranquilos. Haremos limpieza”, reaccionó el esotérico pocos minutos después de que se desatara el escándalo. No era primera vez que aludía al Cacique, aunque en las ocasiones anteriores había apuntado más bien a los resultados y al trámite de los partidos que afrontarían los albos. Este mes, de hecho, había anunciado que en su paso por Asunción recopilaría información acerca de Cerro Porteño, el rival con el que los albos definirán su suerte en el grupo A de la Copa Libertadores, la que le haría llegar a Almirón.
Armas explicó a El Deportivo lo que, a su juicio, suele suceder en los camarines ‘embrujados’. “En todo este tiempo asesorando equipos, he concluido que cuando se empiezan a lesionar jugadores de la nada es porque hay brujería. Y Colo Colo tiene ahí algunas complicaciones que las encontré cuando recién llegó Jorge. Entonces, tenemos que hacer una limpieza. Y rápida”, sentencia.
El proceso que describe no es necesariamente rápido. “Recuerda que en Boca me demoré seis meses en saber de donde vino. Y fue una brujería del Palmeiras, después de las tres eliminaciones. Nos malograron los vestuarios en La Bombonera. y se hizo limpieza. Ahora tenemos que hacer lo mismo acá. No es una brujería de ahora. Esto tiene tiempo. Me imagino que para lo internacional y como Colo Colo está en este nivel, hay que limpiarlo”, insiste”.
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