Dice Gustavo Silva que es capaz de armar una buena cena y, con ayuda, también un evento más grande. Sus amigos del liceo, donde estudió gastronomía dos años, siguieron ese camino en la vida, pero ni eso ni su madre, manipuladora de alimentos en un jardín infantil, lo desviaron de la ruta por la que lo llevó su padre: el golf. Él es caddie en Los Lirios, sus abuelos también lo fueron y su tío Rodrigo Cornejo fue profesional hasta hace poco.
De hecho, su papá, don Patricio, fue su caddie el reciente fin de semana, cuando el rancagüino consiguió el que tal vez sea el título más importante de su carrera: el Abierto del Club Los Leones. "Todos los tiros los discutimos juntos, llegamos a un acuerdo. No es mi profesor, porque eso no resulta, a veces discutimos, pero nada grave", asegura Silva hijo.
El jugador ya tiene 24 años y pese a llevar ya tres como profesional, a una calidad reconocida por la familia del golf y buenos resultados que se iniciaron hace 19 años (incluyendo un Mundial jugado y una Copa Los Andes ganada), cuando disputó su primer torneo, nunca ha dado el paso al exterior.
"Intentamos ir a Estados Unidos, pero no pasé los exámenes de inglés. Tenía vista la universidad, pero no se pudo, así que me hice profesional", relata Silva.
En estos tres años como rentado ha tenido altos y bajos, pero el Gusano asegura que éste ha sido su mejor temporada. Bien dicho, pues la victoria en Los Leones fue precedida por triunfos en Las Brisas de Santo Domingo y La Serena, un segundo puesto en Hacienda Chicureo y un top 10 en el Abierto de Chile.
Por eso, y consultado con la familia, tomaron la decisión de volver a intentar irse a Norteamérica. Ahora como rentado, a probar suerte en pequeños tours.
"He jugado sólo en Chile. Fui una vez a las clasificaciones del European Tour, pero no me fue bien. Pero en marzo me voy donde un amigo a Arizona. Jugaré allá, hay un par de torneos con buena bolsa, después quiero llegar a clasificaciones del Web.com o de Europa. Además, están las qualies de los majors. La idea es ganar experiencia, saber a qué uno se enfrenta. Y aprender inglés", es el plan.
Auspicios, por ahora no tiene, más que ayuda con pelotas y ropa, pero sabe que hacer una carrera en el exterior es más duro. Por eso mismo Silva descarta el que parece ser el camino más lógico al golf grande: el PGA Latinoamérica. "Lo encuentro caro, para recuperar lo gastado hay que terminar siempre entre los cinco primeros", analiza.
Gus aún tiene un bajo perfil en el golf nacional. Él se define: "El putter es una de las cosas en que generalmente ando bien, pero lo que más destaco es que con el tiro de salida soy muy recto, fallo muy poco. Además, tengo paciencia, a diferencia de otros que se desesperan".
Hasta marzo, Silva seguirá jugando los torneos en Chile, esperando buenos resultados para hacer algo de caja para llevar a Arizona. Y Jugar y entrenar (su profesor es Luis Figueroa), nada más, pues fuera de la cancha, a Silva le gusta desconectarse de los palos: "Me estoy metiendo en los autos, modificarlos... Y no me gusta mirar golf en televisión, prefiero ver cualquier otra cosa".