La redención del Pianista

Era el futbolista verdaderamente diferente de un plantel a todas luces distinto, el jugador llamado a marcar una época en el balompié chileno. Fue una de las figuras de la Roja en el Mundial Sub 20 celebrado en Canadá en 2007, que alumbró el nacimiento de la generación dorada, y consiguió dar el salto al fútbol europeo con apenas 20 años. Pero en algún punto de su largo camino recorrido por las nóminas de 11 clubes diferentes y las canchas de España, México y Chile, algo se torció.

Su incuestionable talento nunca dejó de iluminar su camino, pero su trayectoria estuvo casi siempre marcado por la irregularidad. Palestino fue su último equipo en la elite del fútbol chileno, un conjunto en el que militó hasta diciembre de 2016, cuando decidió desvincularse de la escuadra de colonia y pasó a engrosar la lista de futbolistas cesantes.

Hoy, con 30 años y una década después del inicio de su prometedora travesía en el balompié, Mathías Vidangossy batalla en dos frentes con la intención de regresar a las canchas el próximo año. Lucha contra una aparatosa lesión de ligamento cruzado que ha frustrado su retorno a los terrenos de juego, pero también contra su propia cabeza.

Hace algunos meses, el Pianista reconoció con valentía, en diálogo con La Tercera, encontrarse en tratamiento de un cuadro depresivo que arrastra desde hace años y que ha lastrado y condicionado su progresión. "Haré todo lo posible para poder volver en enero a disfrutar del fútbol, que es lo que más me gusta hacer", proclamaba convencido en septiembre, fijándose el 2018 como el año de su regreso, su revancha y su redención.