La pesadilla de Dominic Thiem parece llegar a su fin esta semana, en el ATP 250 de Bastad, donde por fin se reencontró con la victoria tras 14 meses para el olvido, producto de una lesión en la muñeca derecha que lo tuvo la mitad del año pasado fuera de las canchas y la primera parte de esta temporada. A su vuelta, tampoco las cosas mejoraron y llegó a caer hasta el puesto 339 del ranking. Sin embargo, en el puerto sueco, al que accedió a través de su ranking protegido, el pupilo de Nicolás Massú comienza a ver una luz de esperanza para retomar la confianza y el nivel que lo llevaron a ser el número tres del mundo.

Durante esta jornada, el austriaco superó al español Roberto Bautista (20°), por 7-6 (5), 3-6 y 6-4, en dos horas y 38 minutos, y avanzó a sus primeros cuartos de final desde mayo del año pasado, cuando alcanzó las semifinales del Masters 1.000 de Madrid. En el encuentro mostró pasajes de su mejor tenis e incluso logró remontar un 2-5 en la primera manga.

Luego de la victoria, Domi agradeció el trabajo de su entrenador chileno, quien también lo llevó a ganar el Abierto de Estados Unidos hace dos años. “Él sabe todo sobre este torneo, incluso la vida nocturna. Pero al margen de eso, es muy bueno tener a tu lado a alguien que tiene esa experiencia en este tipo de campeonatos”, comentó, entre risas. El camino no ha sido fácil, ya que incluso optó por regresar al circuito challenger, con dispares resultados, para intentar recuperar las sensaciones.

En ese sentido, destacó el impulso que tomó tras vencer en la primera ronda al finlandés Emil Ruusuvuori, el que significó su primer triunfo ATP en 14 meses. “La victoria contra Emil me dio la confianza de que puedo competir frente a los mejores del mundo y hoy frente a Roberto. Es siempre un rival duro. Esperaba que sería un duelo ajustado. Cuando gané el primer set en el tie break me dije que podía ganar hoy. Creí hasta el final del partido y el tercer set fue muy bueno”, resumió tras meterse en la ronda de los ocho mejores.

Por el paso a las semifinales, Thiem buscará derrotar al argentino Sebastián Báez (34°), un tenista que está en el mejor momento de su carrera y que ha sido uno de los grandes animadores de la temporada de arcilla. El transandino se impuso sin problemas al español Alejandro Davidovich Fokina (36°), último finalista en el Masters 1.000 de Montecarlo, por 6-2 6-3, en apenas una hora y 20 minutos de juego.

“Báez es un gran jugador sobre polvo, ganó Estoril y para mi será bueno dónde estoy en este momento y espero poder hacerlo bien”, comentó el pupilo del viñamarino sobre este nuevo desafío. De todos modos, lo que ya ha hecho le permite tener un importante ascenso en el ranking, ya que con los puntos sumados, trepará al menos 67 lugares y se ubicará en la casilla 272 de la clasificación mundial.

Sigue en El Deportivo