Santiago Silva (41 años) es un goleador de larga trayectoria. El delantero uruguayo, de irregular paso por Universidad Católica en 2017, ha construido un largo idilio con el arco rival durante su carrera. Pero nunca hizo un gol más importante, a nivel personal, que el 18 de marzo pasado. No era una final ni una clasificación a alguna copa. Tampoco tenía la bandera de su país en el pecho. Era un partido común y corriente del torneo argentino. Defendiendo a Aldosivi, de Mar del Plata, le convirtió a Patronato. Con un tiro libre, batió al golero contrario.
¿Qué tiene de particular la escena? Se trató del primer gol del Tanque en más de dos años, en los que debió estar alejado de la actividad por una sanción por dopaje que él consideró absolutamente injusta. La celebración fue pura emoción: rompió en llanto mientras era abrazado por sus compañeros del Tiburón. Ésta es la historia de la resurrección en el fútbol de un futbolista que hizo ruido para demostrar su inocencia y que ahora volvió a hacer lo que más le gusta: jugar a la pelota.
Luego de su estadía en Chile, Silva retornó a Argentina, donde tiene una extensa carrera por diversos clubes (Boca, Vélez, Banfield, Argentinos Juniors y más). El ariete arrojó positivo el 12 de abril de 2019, cuando estaba ligado a Gimnasia y Esgrima de La Plata, tras un partido con Newell’s. En ese periodo, el futbolista estaba sometiéndose a un tratamiento de fertilidad, con el fin de agrandar la familia. Se le detectaron niveles de testosterona más altos de lo normal (sustancia prohibida según el código de la WADA), haciendo saltar la alarma de los controles antidopaje.
“Estaba tratando de buscar otro hijo. Lo hice en enero (de 2019) y no había ningún problema, tenía todos los certificados. Después, hubo un problema y se elevó la hormona”, había explicado en su momento, justificando los resultados por una cuestión médica. La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) lo suspendió por dos años y el futbolista reclamó en la justicia ordinaria, logrando una medida cautelar que le permitió seguir jugando. Los defensores del Tanque pidieron una revisión y la contramuestra fue dudosa por una eventual pérdida de la cadena de frío en el camino. La cautelar se acabó y Silva tuvo que empezar a cumplir su castigo. Para el oriundo de Montevideo, fue el inicio de una pesadilla.
“Quienes me conocieron y compartieron conmigo mi extensa e intachable carrera, saben de mi compromiso y superación día a día para con mi pasión, que es el fútbol. A pesar de este golpe, quiero hacerles llegar tranquilidad a quienes me quieren. Porque estoy más fuerte que nunca y decidido a seguir dedicado y comprometido con el fútbol para que esto aún no se termine”, publicó en su Instagram, una vez que comenzó a regir su sanción.
Fue el arranque de un largo peregrinar para probar su inocencia (que el resultado positivo era por un tratamiento para tener un hijo) y forzar su vuelta al fútbol. Haciéndose presente en diversos medios de comunicación para contar su historia, Santiago Silva también usó sus redes sociales como una especie de catalizador de sentimientos, apelando a la motivación para no claudicar en su lucha personal. No quería colgar los botines obligadamente.
Este 2022 fue el resurgir en su carrera, el esperado momento del regreso. Firmó por Aldosivi, donde es dirigido por otro goleador de estirpe: Martín Palermo. Ambos tienen algo en común: fueron el 9 de Boca, lo que no es cualquier cosa. El 11 de febrero de este año fue su gran retorno al fútbol profesional, después de largos 697 días. Ingresó en los 68 minutos de la visita del Tiburón a Vélez, en Liniers.
“Hay que pelear por lo que uno quiere. Lo que me tocó vivir, creo que fue la injusticia más contundente del fútbol argentino, del deporte argentino. Estar dos años afuera por hacer un tratamiento para tener familia es una locura. Ya me castigaron, acá cumplí, acá estoy. Ahora, que se la banquen. Entendí que me tocó transmitir fuera de la cancha las locuras que hago dentro de la cancha, no podía estar, pero sí transmitirle a la gente, y la gente me lo demostró, que sí se puede. Y yo también le demostré a la gente que sí se puede, con la humildad de siempre. El ´sí se puede’ está, así que hay que pelear por lo que uno quiere”, dijo hace meses en conversación con TyC Sports.
A poco más de un mes de su vuelta, el Tanque Silva festejó su primer gol, a Patronato (ese que se retrata al inicio de esta nota). Su registro en la Copa de la Liga Profesional argentina dice que jugó 722 minutos jugados en 15 partidos (ocho de titular) y dos goles convertidos. El otro fue a Independiente, en Avellaneda.
El delantero y sus compañeros hicieron una buena campaña, al clasificar a los cuartos de final del torneo transandino, un hito para un club menor al otro lado de la cordillera. Pero quedaron afuera, tras ser goleados 5-0 por Racing, en la noche del martes. Silva, un delantero longevo, no quiso dejar el fútbol cuando recibió el golpe más duro de su carrera. Hoy, en momentos en los cuales tiene una nueva oportunidad, no quiere despegarse de la pelota.