A Bukayo Saka la vida le sonríe. El volante fue una de las figuras de Inglaterra en la goleada sobre Irán. Aportó un doblete en el triunfo de los europeos y se convirtió en la figura del encuentro. Hoy, literalmente, todo el mundo habla de él y ensalza su capacidad. El despliegue y la capacidad de concreción del volante del Arsenal lo llenan de aplausos.

Cada loa, en su caso, tiene sabor a revancha. Hace dos años, en la Euro 2020, pudo adelantar su camino a la heroicidad, pero terminó transformándose en villano: falló uno de los lanzamientos en la serie de penales de la final frente a Italia. No fue el único. Los otros fueron Jadon Sancho y Marcus Rashford. Sin embargo, todas las miradas se pusieron sobre él. Y los insultos también. En las redes sociales, que suelen transformarse en el depósito del deprecio, optaron por los peores posibles: aquellos relacionados con el racismo, por su origen nigeriano. Vale aclarar que el medicampista perfectamente pudo haber elegido al combinado africano, pero optó por el de los tres leones.

Esa vez, Saka les plantó cara a sus agresores. “No quiero que ningún niño o adulto tenga que recibir los mensajes de odio y dolor que yo, Marcus y Jadon hemos recibido. Supe al instante el tipo de odio que estaba a punto de recibir y es una triste realidad que sus poderosas plataformas (Instagram, Twitter y Facebook) no hagan lo suficiente para detenerlo”, se quejó, a través de los mismos sistemas.

La dulce revancha

El destino le tenía preparada la posibilidad de tomarse revancha. Lo hizo en pleno Mundial, con el planeta pendiente de su actuación. Y, sobre todo, con los detractores que había ganado sin pretenderlo otra vez enfrente de los televisores. Esta vez, sin embargo, debieron retractarse.

La historia le tenía reservado un espacio a la figura de los Gunners. Con su actuación ante los iraníes, Saka se convirtió en el futbolista más joven (21 años y 77 días) en marcar un doblete en su debut en un Mundial. Para encontrar el último antecedente, como si se tratara de un presagio, hay que remontarse al Mundial de 1966. En ese torneo, el alemán Franz Beckenbauer anotó con 20 años y 304 días

Marcar dos goles en un Mundial con mi familia aquí... no puedo describir lo que siento. Estoy feliz. Ha sido un día realmente especial. He cumplido el sueño de todo niño”, declaró Saka, como una muestra de felicidad, quizás contenida desde todo lo que le tocó vivir.

El volante cerró sus heridas. “Me encuentro bien. Siento el cariño y el apoyo de los fans, de los entrenadores y de mis compañeros. Eso es todo lo que necesito. Estoy preparado para dar el 100% y lo seguiré haciendo cada vez que me ponga esta camiseta”, se comprometió.

Su sensación de tranquilidad se extendió también en una referencia hacia su entrenador, Gareth Southgate. “Sólo quería que se sintiera orgulloso, justificar su elección y devolverle la fe que me ha dado”, dijo el ahora elogiado futbolista, quizás como una muestra de que, a partir de ahora, ya no le quedan cuentas pendientes.

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