La revancha de Garin; la primera vez de Jarry
El número uno del país asoma como el máximo favorito para quedarse con el título, mientras que Nico jugará el torneo que organiza su familia gracias a una invitación.
Christian Garin (22°) no pudo capitalizar su mejor momento en la edición anterior del ATP 250 de Santiago, pues una lesión se lo impidió. El verano pasado, el tenista nacional llegaba al torneo con los títulos de Córdoba y del ATP 500 de Río de Janeiro, que le permitieron dar un salto importante en el ranking hasta el puesto 18. Sin embargo, eso también le generó un desgaste importante y molestias en la espalda que lo hicieron jugar a media máquina y que lo obligaron a abandonar tras perder el primer set de su partido frente al brasileño Thiago Seyboth Wild, a la postre campeón del torneo.
A diferencia de 2020, Gago llegará con poco tenis en el cuerpo, ya que solo jugó un partido en Delray Beach y estuvo inactivo por una lesión de muñeca durante casi dos meses. Recién, en esta semana previa, sumará horas en el ATP 250 de Buenos Aires, donde quedó libre en la primera ronda del evento, algo que también sucederá en el Chile Open, en su condición (hasta ahora) de primer cabeza de serie tras la baja del italiano Fabio Fognini.
El certamen capitalino, además será el tercero que dispute bajo las órdenes de su nuevo entrenador, el argentino Franco Davin, quien llevó a Gastón Gaudio a ganar Roland Garros, y a Juan Martín del Potro, a hacer lo mismo en el Abierto de Estados Unidos. La dupla entrenó en Miami, preparando una temporada que va a significar un importante desafío, ya que el objetivo es hacer del chileno lo suficientemente competitivo para destacar también en los torneo de mayor puntaje.
Nicolás Jarry, en tanto, recupera poco a poco el terreno perdido tras la suspensión de 11 meses por dopaje, que le impidió conservar sus puntos y le hizo perder todo el ranking después de aquel proceso.
Para la edición pasada, Nico estaba clasificado por su ranking. Sin embargo, a principios de enero fue suspendido provisionalmente. Y esa situación precisamente fue la que le impidió poder pisar San Carlos de Apoquindo en los días de torneo. Solo entrenó ahí la semana anterior y luego confesaría que el no poder estar en el torneo que organiza su familia fue uno de los golpes más duros en todo ese oscuro periodo.
A fines de 2020, se cumplió el castigo y el tenista chileno recibió invitaciones para jugar el Challenger de Lima y dos M15 en República Dominicana, pero no tuvo éxito. No fue hasta las últimas dos semanas, en las que recuperó la sonrisa. Avanzó una ronda en Concepción y otra en el ATP 250 de Córdoba, lo que le permitió pasar de no tener ranking a saltar al puesto 745.
En Santiago, adonde llega por una invitación al cuadro principal, podrá debutar en su casa y dejar atrás la amargura del año anterior. Además, se le presenta una buena oportunidad de seguir sumando unidades, que le permitan acceder a torneos de mayor envergadura, sin la necesidad de jugar clasificaciones o recibir wild cards.
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