Cuesta encontrar en el fútbol chileno una transformación tan grande, una epopeya mayor, que la protagonizada por Unión La Calera a lo largo de los últimos 18 meses. Porque en apenas 570 días, los transcurridos desde el inicio del Transición 2017 en Primera B hasta el duelo del martes en el Arena Condá, el conjunto de la Quinta Región ha pasado de pelear por eludir un descenso a Segunda prácticamente seguro, a dejar al Chapecoense en la cuneta de la Copa Sudamericana en la primera experiencia internacional de toda su historia. Palabras mayores.
Porque muy pocos podían presagiar aquel 29 de julio de 2017, fecha en la que dio comienzo el segundo semestre de la temporada en el Ascenso, que el cuadro cementero no solo sería capaz de recuperar en cinco meses los 12 puntos de ventaja que lo separaban de la salvación, sino que terminaría adjudicándose el campeonato y certificando, al término de ese mismo año, su retorno a Primera División. El primer milagro. "No hay secretos ya a estas alturas en la industria del fútbol. El único modo es el trabajo, la dedicación, el compromiso, una cuota de suerte, por supuesto, y la coherencia en las decisiones. El criterio es que prime el crecimiento del club. Somos apasionados de lo que hacemos", explica a La Tercera, respecto de la meteórica transformación del club, Ricardo Pini, presidente de la entidad.
Pero lo mejor aún estaba por venir, y en su retorno a la elite, tras completar una primera rueda de ensueño y sobrevivir al desmantelamiento de su plantel en la segunda -fenómeno de sobra conocido en el seno de un club con un modelo de contrataciones enfocado a la exportación- La Calera obraba su segundo milagro, certificando la clasificación a la Copa Sudamericana por primera vez en 65 años.
Con la llegada del nuevo año, tocaba volver a reinventarse, a renovarse. Y el club se lo tomó en serio. Llegaron 15 refuerzos (entre ellos Walter Bou, el jugador del balompié chileno con mayor valor de mercado, US$ 4 millones); y un técnico debutante, Francisco Meneghini (30), otrora espía de Bielsa, analista de video de Sampaoli y ayudante de Beccacece. Un DT debutante -el más joven de los 91 entrenadores presentes este año en torneos internacionales en Sudamérica- que, de momento y pese a lo arriesgado de la apuesta, ya ha conseguido superar la primera ronda de la Copa. Y con una actuación de mérito, firmando el pase en Brasil y de visita, la sexta vez en que un equipo chileno supera su llave internacional frente a un conjunto del gigante sudamericano en 23 intentos. "No puedo ponerme a pensar ahora qué va a pasar a mediados de año. Sólo pienso en trabajar y ser competitivos", manifestaba ayer, en su llegada al aeropuerto de Santiago, Paqui, el joven DT de un equipo eternamente joven aficionado a los milagros.