El Estadio Centenario se ha transformado en un recinto inexpugnable para Chile. La catedral del fútbol sudamericano no es un lugar que le traiga grato recuerdos a la Roja. Desde que ambos juegan Eliminatorias, se habían enfrentado hasta antes del partido de hoy en ocho oportunidades, con siete triunfos de Uruguay y apenas un empate, que es recordado casi como un triunfo.
Al igual que esta noche, el resultado que más se repitió fue el 2-1, que se produjo en las clasificatorias para México 86, para Corea-Japón 2002 y para las de Alemania 2006. Mientras que para México 70, los charrúas vencieron 2-0; para Francia 98, 1-0; para Brasil 2014, fue goleada 4-0; y para Rusia 2018, fue 3-0.
Los últimos dos enfrentamientos anteriores al de hoy tuvieron contextos nefastos, ya que de 2011 se dio en medio de los coletazos del recordado Bautizazo, mientras que el de 2015 fue el último de Jorge Sampaoli y ocurrió el viaje de Sergio Jadue para entregarse ante la Justicia de Estados Unidos. En ambas ocasiones, el marcador terminó siendo desastroso para la escuadra criolla.
En tanto, en 2007, de cara al Mundial de Sudáfrica 2010, la Roja igualó 2-2 en Montevideo, con una soberbia actuación de Marcelo Salas, quien anotó los dos tantos nacionales. Mientras que Sebastián Abreu puso el empate a 10 minutos del final, a través de un lanzamiento penal. El equipo nacional era dirigido por Marcelo Bielsa, que a la larga terminaría clasificando para la Copa del Mundo.
Esta noche, esa historia negra pudo haberse roto. Y perfectamente pudo suceder. Sin embargo, la Roja pasó de un posible penal que no cobró el juez Aquino, a poco del final, a una derrota que se estructuró en los descuentos, y que volvió a recordarle a Chile que ir a Montevideo se transforma en un verdadero suplicio.