La triada de partidos amistosos ideados para recuperar la autoestima de la Roja fue una movida inteligente de Eduardo Berizzo. El DT necesitaba consolidar al grupo y los duelos frente a Cuba, República Dominicana y Bolivia aparecían como una estupenda posibilidad para levantar el ánimo y empezar a mostrar una idea de juego. Sin embargo, también era claro que el encuentro frente a los altiplánicos era el que revestía mayor complejidad. No solo porque se jugaba visita, sino porque el equipo de Gustavo Costas era un rival mucho más calificado que las otras dos selecciones semiprofesionales. Y eso se notó en Santa Cruz de la Sierra, con un magro 0-0.
En este último cotejo el Toto ensayó con una formación lo más parecido a lo que quiere para el debut frente a Uruguay, con la salvedad de que Diego Valdés desplazó a Marcelino Núñez de la titularidad. También aparecieron Guillermo Maripán y Brayan Cortés como estelares, al igual que Alexis Sánchez.
Una de las premisas que ha intentado imponer el seleccionador es el fútbol de posesión. Frente a los dos adversarios anteriores lo hizo y además ejerció la presión alta sobre la salida. No obstante, ante el cuadro boliviano si bien funcionó en la tenencia del balón, el ir a quitar tan arriba no fue tan efectivo. Por el contrario, eso mismo generó que el local se fuera encima en algunas ocasiones, entusiasmando a los cerca de 35 mil espectadores que llegaron al estadio Ramón Tahuichi Aguilera.
El primer tiempo mostró cosas interesantes. Chile, por un lado, se acercó con algunos tímidos remates de distancia de Arturo Vidal y Gabriel Suazo. Pero la más clara de ese lapso, sin duda, fue la que tuvo Valdés, en el minuto 38. Luego de un pelotazo de Cortés, el volante del América de México picó destapado y enfrentó de frente al meta Guillermo Viscarra. Remató fuerte y al medio, lo que permitió que el golero salvara su valla. La resolución de la jugada nuevamente muestra un aspecto preocupante del ex Audax, quien volvió a fallar una ocasión clara, tal como ocurrió ante los dominicanos en Viña del Mar.
El dueño de casa, no se quedó atrás y aprovechó la banda izquierda para presionar por el lado de Juan Delgado. Así, Roberto Fernández fue un constante agente de peligro y logró inquietar a Cortés. La más clara la tuvo en el minuto 31, cuando enfrentó en el área al iquiqueño, pero este estuvo notable poniendo el cuerpo para evitar la apertura de la cuenta. Mientras que, a los 42′, Chávez empalmó en inmejorable posición, pero el balón se fue desviado.
Una farra al final
La tónica del partido no se le estaba haciendo conveniente a Chile. La fragilidad defensiva del final del primer tiempo preocupó a Berizzo. Ordenó el ingreso de Nayel Mehssatou por Delgado para cubrir mejor la banda derecha, pero igualmente hubo instantes de sufrimiento. La lentitud de Maripán tampoco fue la mejor aliada, lo que se sumó a una nueva y clara oportunidad desperdiciada por Valdés. A los 58′, amortiguó de pecho y otra vez se impuso el meta local.
La dupla de ataque de Brereton y Sánchez estuvo opaca y sufrió con la marca. El Niño Maravilla, por momentos, se vio algo frustrado. Sobre todo, tras fallar una clarísima a los 79′. Seis minutos después Vidal perdonó, con un cabezazo desviado. Por su parte, Marcelino Núñez y Alexander Aravena le dieron oxígeno al equipo.
Pese a sus limitaciones, Bolivia complicó a Chile y lo hizo ver incómodo, dejando en claro que la batalla por llegar al Mundial de 2026 será a muerte. Y frente a Uruguay, en el debut, el desafío será todavía mayor al de esta noche.