Ayer, en Brasilia, Martín Lasarte planteó sus inquietudes a la federación. Con la Roja ya clasificada a cuartos de final, y con un margen de una semana de descanso luego del partido que se jugará mañana ante Paraguay, el Equipo de Todos debía acordar la planificación de cara a los siguientes desafíos. La siguiente ronda, en la que Chile ya está anotado, se comenzará a jugar recién el viernes 2 de julio.
Y si bien en un principio se manejaron diferentes opciones, como quedarse en Itú o trasladarse a Florianopolis, el cuerpo técnico terminó inclinándose por retornar a Santiago, un día después del duelo ante los guaraníes. El viernes 25, en un horario por definir, la Roja tomará el charter que lo ha trasladado en Brasil para viajar a Santiago y preparar los cuartos de final del certamen continental en Juan Pinto Durán.
Los futbolistas, para poder entrar al país, deberán ingresar con un PCR negativo. Ese mismo viernes deberán trasladarse al hotel de concentración y pasar las siguientes 48 horas a la espera de los exámenes que se le harán en su ingreso a Santiago. No deberán realizar la cuarentena que se le exige a todos pasajeros entrantes al país.
En la semana que la Roja estará en Santiago, Machete les dará un día libre para que los futbolistas compartan con sus familias. Asume la necesidad de darle un momento de relajo al plantel, considerando las concentraciones que arrastra el bicampeón de América tras haber disputado las Eliminatorias y la Copa América. Tanto los futbolistas como los familiares deberán someterse a exámenes PCR para evitar cualquier tipo de riesgo.
Según pudo averiguar El Deportivo, la decisión de Machete se basa principalmente por su incomodidad por el estado de las canchas de Brasil. Se ha quejado con la Federación por estas mismas. En Cuiabá, por ejemplo, terminó entrenando en la previa al duelo frente a Uruguay en una prefectura de la Policía, por el mal estado del campo de juego. Las lesiones musculares de Pulgar y Maripán podrían estar relacionadas a lo blando que está el campo de juego.