El diagnóstico se hace evidente: Universidad Católica no está bien. Parece que la victoria en el clásico universitario fue un pequeño bálsamo para su exigente fanaticada, una isla en medio de un rendimiento decreciente. Raro viniendo del tetracampeón y de un plantel con muchas variantes. Lo cierto es que la UC volvió a perder, ahora con La Serena, cede terreno pensando en la lucha por el título y Cristian Paulucci acumula críticas de diversas tonalidades. ¿Será capaz de sacar a flote al monarca nacional?
El entrenador determinó poner un equipo nuevo para el torneo local, pensando en la Copa Libertadores. Hizo nada menos que 10 cambios respecto a la formación que inició ante Talleres de Córdoba. El único que se repitió fue Sebastián Pérez. Fuenzalida, Paz y Gutiérrez ni siquiera fueron a la banca. El que sí apareció, en la citación, fue Fabián Orellana. No entró. Era la oportunidad para ver desde el arranque a jugadores como Galani, Asad y Barticciotto, cuya participación en la temporada es reducida, y para pedir un espacio.
La Serena entró a la cancha en el último puesto de la tabla, tras la victoria de Coquimbo sobre la U. Era un imperativo llevarse algo de la precordillera. Por lo mismo, el cuestionado Ivo Basay dispuso de un planteo en el cual le fue cerrando los caminos a una Católica de discreto desempeño. El equipo “alternativo” de los cruzados logró a cuentagotas profundizar en el bloqueo granate durante el primer tiempo.
Diego Buonanotte no tenía espacios y Diego Valencia no entró en juego, salvo en un intento sobre el final del periodo. No alcanzaba con el ímpetu de Bruno Barticciotto. Los excesivos pases entre centrales eran exasperantes para los fanáticos de la UC. En los 24′, llegó la sorpresa.
La visita abre la cuenta con un gol de volea de Marcelo Herrera, un central que definió como 9. Todo nació de una pérdida de Buonanotte. Chupete Suazo queda con el balón y lo mete en el área, hacia la ubicación del argentino.
La desventaja dejó tocada a la UC, porque entró en un pozo. Las asociaciones no aparecieron. En definitiva, los jugadores no aprovechaban la chance que tenían de mostrarse y pedir pista. Dicho de otra manera, devolvían la camiseta. Esto, añadido a la mala lectura de Paulucci. Resultaba lógico que para el complemento ingresarían titulares. Y así fue.
El DT mandó al campo a Parot, Núñez y Zampedri. Salieron Galani, Asad y Barticciotto. Además, cambió el esquema al 3-4-1-2, precisamente el dibujo que le permitió a los cruzados sus mejores pasajes de fútbol recientes (el segundo tiempo con O’Higgins y el primer lapso ante la U). Lo que resulta curioso es que Paulucci haya insistido con el 4-3-3.
Era predecible el escenario para el segundo tiempo. Los franjeados, con el control del balón e intentando presionar arriba. Los papayeros, por su parte, defendiendo cerca de su área y apelando a algún contragolpe. A aguantar lo que más se pueda. Con el nuevo dibujo, Cuevas se soltó y se convirtió en un agente ofensivo permanente por su banda. Luego, con el ingreso de Gonzalo Tapia, la Católica apostaba por la amplitud en ambos costados.
Cualquier intención ofensiva no generó algo concreto. Y lo peor para el tetracampeón llegó en los 73′, con el penal de Núñez a Dittborn. Leo Valencia define con un tiro potente, para poner el 2-0 en el marcador. Las caras largas se multiplicaban. El entrenador, hundido en el banco pidiendo una explicación. Católica demostraba el ejemplo nítido de un fenómeno común en el fútbol de hoy: no sirve de nada tener la posesión de la pelota si no generas peligro en el área rival, ni tampoco estableces un estilo. Porque llenar con delanteros no es tener un estilo. Es llamar a la suerte.
Eso es lo que se percibe del momento de los cruzados: la brújula se extravió. ¿A qué quiere jugar el equipo más exitoso de la última década?
Este martes, la UC se juega un partido trascendental ante Sporting Cristal, en San Carlos, si quiere aspirar a los octavos de final de la Libertadores. Quizás, también pueda ser trascendental para la permanencia de Paulucci.
Ficha del partido
U. Católica 0: S. Pérez; R. Rebolledo (59′, G. Tapia), G. Lanaro, T. Asta-buruaga, C. Cuevas; S. Galani (46′, A. Parot), I. Saavedra (68′, J. Leiva), Y. Asad (46′, M. Núñez); D. Buonanotte; D. Valencia y B. Barticciotto (46′, F. Zampedri). DT: C. Paulucci.
La Serena 2: Z. López; M. Herrera, R. Brito, V. Ramón; M. Guerrero, L. Carreño, C. Erbes (62′, J. Carreño), S. Dittborn (85′, J. Buss); L. Valencia, J. Cavallaro (72′, D. Ulloa); y H. Suazo (85′, M. Estigarribia). DT: I. Basay.
Goles: 0-1, 24′, Herrera, de volea tras centro de Suazo; 0-2, 75′, Valencia, de penal.
Árbitro: J. Cabero. Amonestó a Suazo, L. Carreño, Guerrero (LS).
Estadio San Carlos de Apoquindo. Asistieron 10.267 personas.
En cursiva, jugadores juveniles.