La mayoría de los futbolistas están en su casa a los 40 años, viviendo de los recuerdos de sus carreras e intentando abrirse paso en algún panel de un programa deportivo o iniciando una carrera como entrenador. Pero hay otros como Esteban Paredes, que se niegan a decir adiós y que encima tienen la virtud de seguir escribiendo un nuevo capítulo de una historia llena de récords.
El delantero, quien alcanzó al Tanque Campos como máximo artillero en Superclásicos (16), enfrentó meses muy convulsionados. Primero, una lesión lo dejó fuera de combate antes del receso y, después, fue la principal cara visible de los jugadores en el conflicto por la rebaja salarial que dejó enemistado por un buen tiempo a Blanco y Negro con el plantel. Hasta el 22 de abril, precisamente, Paredes siguió pautas de trabajo del club a través de la plataforma Zoom. Según cuentan en su entorno, apenas se congeló la relación por la Ley de Protección al Empleo, contrató los servicios de un preparador físico con el que llegó a trabajar hasta en doble turno.
“Se nota que trabajó mucho”, dice Ariel Palena, PF del Cacique. “Desde el 18 de julio, que fue cuando se volvió a entrenar en forma presencial, él vino muy bien con el peso y muy predispuesto. Todos los días en que se hicieron trabajos en zonas aeróbicas los cumplió completamente. Veíamos que quería más. A veces queríamos reducirle el trabajo, pero él logró soslayarlo para cumplir con su objetivo, que seguramente se había atrasado después de su lesión de costilla”, agrega.
El entrenamiento se divide en varias partes. “Él tiene unas rutinas de entrada en calor específicas y movimientos especiales con kinesiólogo, que realiza previo a los entrenamientos. Después, cuando se mete al entrenamiento, realiza ejercicios con volúmenes e intensidades específicas. A veces lo sacamos antes, pero él siempre quiere un poquito más”, comenta Palena, quien destaca la disciplina de su pupilo. “Ahí está el secreto, en la continuidad. Llevamos 43 entrenamientos y los hizo todos”.
El transandino entrega más detalles de lo que se realiza con él. “Hace rutinitas de fuerza, se pone mucho énfasis en los trabajos de velocidad, donde siempre está presente y lo hace de la mejor manera”, afirma. Y, en ese contexto, no esconde su admiración por el goleador: “Creo que es un futbolista que merece el mayor de sus respetos, de todos sus compañeros, de la gente y de los hinchas del fútbol, porque no cualquiera se presenta en una cancha tan dignamente como lo hace él. A uno, le queda el grado de admiración por entrenarlo”.
Otro PF que lo destaca es Hernán Torres, quien lo condujo en 2018: “En la Copa Libertadores, donde anduvo muy bien, le dábamos 48 horas de recuperación y lo manejábamos con mucho masaje y crioterapia. Intentábamos que sus esfuerzos fuesen muy específicos y acotados. No lo sometía a los entrenamientos largos del equipo, sino que en los movimientos donde él es fuerte y determinante y también en algunos trabajos tácticos. Y, desde la parte física pura, hacíamos coordinación y sprint. Y cada un par de semanas, algún trabajito aeróbico que lo mantuviera en forma. Además, se hacía un buen trabajo preventivo, donde nos colaboraba mucho Wilson Ferrada”.
Paredes quiere seguir por seis meses más. Su contrato vence el 20 de enero, por lo que deberá negociar los últimos 10 días del campeonato. “A él le gustaría jugar seis meses más, por el tiempo que no se jugó por culpa de la pandemia, y porque quiere retirarse con público, como realmente se merece”, afirma un integrante de su círculo. En efecto, el 7 del Cacique tendrá que sentarse a conversar con Aníbal Mosa, con quien ha podido recomponer las relaciones. Actualmente, cumple la segunda parte de su contrato, en la que su sueldo se vio rebajado a la mitad, de acuerdo a lo firmado a principios de este año.