Marruecos está dando que hablar en Qatar. La sorprendente selección magrebí dio el batacazo y se impuso por 2-0 sobre Bélgica. El duelo era crucial para sus aspiraciones, pues necesitaban urgentemente sumar para continuar con vida y qué mejor que conseguirlo ante una de las favoritas.
Después del encuentro, Achraf Hakimi, la indiscutible figura del elenco africano protagonizó una de las imágenes más emotivas del Mundial. Corrió para besar a su madre, Saida, quien se encontraba en las tribunas del estadio Al-Thumama, y le regaló su camiseta. La imagen se repite, pues el astro del Paris Saint-Germain ya tuvo el mismo gesto en Rusia 2018, luego de empatar 2-2 con España.
Hakimi, de 24 años, es hijo de Hassan y la ya mencionada Saida. Ambos, oriundos de Marruecos, se instalaron en los suburbios de Madrid. El 4 de noviembre de 1998 nació Achraf, en la capital hispana. Hakimi, surgido en el Real Madrid, con pasado en el Borussia Dortmund e Inter de Milán, es profesional desde 2017. Debutó en octubre de dicho año a falta de un mes para cumplir 18 años. Hoy, cinco años después, pasó de ser una de las grandes promesas del fútbol mundial a ser una verdadera estrella. En el club italiano forjó una estrecha relación con Arturo Vidal, con quien solía aparecer en las imágenes que el Rey compartía en las redes sociales.
Lidiando con la pobreza
Pero no todo fue tan fácil. Tal como cuenta Hakimi, el inicio de su carrera fue complejo. Los escasos recursos con los que contaba obligaron a su familia a sacrificar muchas cosas. El esfuerzo dio frutos: “Mi madre limpiaba casas. Mi padre era vendedor ambulante. Que yo practicara fútbol era un sueño para mí y un sacrificio para ellos. Mis hermanos sacrificaban cosas. Éramos muy pobres. Ahora yo lucho por ellos”.
La relación de cercana relación de Achraf con sus padres fue determinante. El lateral, profundamente identificado con el país natal de sus padres y su cultura, eligió a Marruecos como su selección. A pesar de haber nacido en España y desde pequeño ser seducido para vestir la camiseta de la Furia Roja, Hakimi decidió representar a los magrebíes por sobre los hispanos.
Ahora, es el máximo exponente en el combinado nacional. Los marroquíes están teniendo un increíble desempeño en la cita planetaria y se ubican en la cima del Grupo F junto a Croacia, ambos con cuatro unidades. Marruecos deberá medirse ante Canadá en la última jornada de la zona y un empate les basta para asegurar su clasificación a la ronda de los 16 mejores.
Increíble presente
Hakimi llegó al primer equipo del Real Madrid en 2017, pero no alcanzó la continuidad esperada, a pesar de ser uno de los proyectos más importantes del club merengue. El lateral llamó la atención en otras escuadras europeas de primera línea. Con solo 19 partidos en su haber, abandonó la Casa Blanca y comenzó su periplo por tierras europeas. Primero recaló en el Borussia Dortmund, lugar en el que se consolidó rápidamente como uno de los mejores laterales del mundo. Dos temporadas, 73 partidos, 12 goles y 17 asistencias fueron los números que dejó en el cuadro teutón.
En 2020 llegó al Inter de Milán. Ahí asumió un rol de estelar y, junto a Romelu Lukaku, fue una de las figuras descollantes del cuadro que ganó la Serie A tras 11 años. Un solo año tardó en llamar la atención de otro gigante: el Paris Saint-Germain. 45 encuentros, siete anotaciones y nueve pases de gol respaldan sus actuaciones en Italia.
Llegó al PSG, un elenco plagado de estrellas, como una más. En 62 duelos disputados suma siete goles y nueve asistencias, consolidándose como uno de los mejores jugadores del orbe.