La sorprendente fórmula de la UC
La disección del estilo Beñat, a partir del último triunfo cruzado, permite identificar las principales virtudes de un equipo que marcha líder con un 86% de rendimiento.
Un balance de diez triunfos, un empate y apenas una derrota no puede ser fruto de la casualidad. Por más que el juego de Universidad Católica aún tenga detractores, sus números están ahí, a la vista de cualquiera. En doce fechas, Beñat San José ha logrado instaurar una forma de juego que jornada a jornada va botando rivales y con la que este fin de semana tratará de doblegar a la U.
La fórmula parece simple: equipo corto, ordenado y rápido en las transiciones de defensa a ofensiva. La presión se ejerce desde arriba y el balón se intenta recuperar rápidamente. Así queda de manifiesto si se analiza paso a paso, segundo a segundo, el último duelo disputado por la UC, en el que venció por 3-1 a Huachipato. Para muchos, uno de los mejores cotejos, sobre todo en el segundo tiempo, completados por el cuadro estudiantil en lo que va de torneo. Uno que bien resume el estilo Beñat.
En dicho partido, en las 75 veces que los estudiantiles tuvieron que recuperar el balón (lo hicieron principalmente en la zona que comprendía entre su área y la mitad de la cancha) se demoraron, en promedio, 20,1 segundos en hacerlo. En las acciones del segundo y el tercer gol cruzado, transcurrieron cinco y 11 segundos, respectivamente, desde que Huachipato tomó el control de la pelota hasta que la UC lo recuperó.
El reagrupamiento defensivo del elenco de San José es una de sus grandes virtudes. Los extremos, en este caso los juveniles Munder y Henríquez, bajaban para colaborar con los laterales elegidos por Beñat (Magnasco y Rebolledo). Así lograban cerrar las bandas. La consigna era una sola: atacar todos y defender todos. Pero con orden. Así, los volantes también cumplieron una función fundamental, al cerrar los espacios por el centro de la zona de creación acerera.
La marcación es al hombre que comanda el ataque rival y también a sus posibles receptores. Es un marcaje organizado, algo que el técnico español enfatiza en los entrenamientos que semana a semana se realizan en la precordillera. Y cuando el equipo rival recién está saliendo desde su área, la presión es alta, intentando provocar el error y sorprender.
De ahí para adelante, se busca el arco contrario rápidamente. Fundamental en esta faceta es el buen pie con que cuenta el plantel cruzado. Sin jugadores de esa calidad, todo sería más difícil. Así, de las 16 veces que los de la franja lograron pasar de un estado defensivo a uno en clara posición ofensiva (no implicando esto finalización de jugada), promediaron 14,3 segundos en hacerlo.
De hecho, sus tres goles los alcanzaron más rápido que eso al sorprender a su rival con toques de primera y casi siempre hacia adelante. La apertura de la cuenta llegó con una transición de 13 segundos; el 2-1 con una de seis; y el 3-1 con una de 12.
En dos, tres o cuatro pases la UC puso cerco al área de Lampe, muchas veces con peligro. Los encargados de protagonizar esos embates lo hicieron siempre acompañados desde atrás por los volantes defensivos y la salida en bloque de la última línea.
Otra de las características que presenta su fórmula es que el equipo no se parte cuando pasa de un estado a otro. Eso, dicen en San Carlos, también es mérito del trabajo semanal. "Beñat entrena mucho la superioridad de posiciones de sus jugadores", cuentan. Ante Huachipato, la UC fue altamente efectiva, toda vez que tuvo un tiempo real de juego de apenas 22 minutos, con un escaso 36,9% de posesión.
Dispuso, de hecho, de un sólo córner en todo el cotejo, aunque apenas en 16 oportunidades permitió que los de Talcahuano finalizaran la jugada. Sólo remató tres veces al arco y todas terminaron en gol.
¿Otros datos? Los cruzados jugaron diez veces con su portero Dituro, desahogando muchas veces la salida y sólo lanzaron siete centros, privilegiando el juego por abajo.
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