El surf en los Juegos olímpicos de París 2024 ha dado imágenes increíbles. Este martes en medio de la definición de las medallas en Tahití, se pudo ver a un sorpresivo visitante en la costa de la isla.
Mientras la brasileña Tatiana Weston-Webb la costarricense Brisa Hennessy se enfrentaban en semifinales, una ballena saltó sobre el agua y le dio a los espectadores y fotógrafos un momento que será recordado en el olimpismo.
La fauna silvestre es uno de los atractivos de la zona donde también es posible encontrarse con otras especies de fauna silvestre entre ellas aves, focas o tiburones. De hecho en Tahití donde se disputa la competencia, a 16.000 kilómetros de la ciudad anfitriona, París, las ballenas se congregan en las inmediaciones del archipiélago durante las temporadas de apareamiento, nacimiento y migración.
El territorio de ultramar del pacífico sur además cuenta con varias zonas marítimas protegidas. De hecho, líderes indígenas y algunos miembros tahitianos han firmado en abril un tratado que reconoce a las ballenas como “personas legales”, aunque esto no se refleja en las leyes de las naciones.
Al final, Weston Webb se impuso 13,66 a 6,17 en su duelo de semifinales a Hennessy y avanzó eventualmente hasta el enfrentamiento por el oro, donde cayó ante la estadounidense Caroline Marks. Hennessy se quedó sin presea al caer en el duelo por el bronce ante la francesa Johanne Defay por 12,66 a 4,93.
En la rama masculina, en tanto, el peruano Alonso Correa se quedó a un paso de subir al podio después de perder 15,54 a 12,43 ante el brasileño Gabriel Medina en el duelo por la medalla de bronce.
Impacto fotográfico
Tahití ya había hecho noticia por una fotografía. El pasado lunes una acción del brasileño Gabriel Medina, máximo exponente de este deporte a nivel mundial, se tomó la atención del mundo. La otra parte la hizo un fotógrafo, que inmortalizó el singular momento.
Medina efectuó una presentación impresionante y acabó con una puntuación de 9,90, la mejor para una ola individual en la tercera ronda masculina y el récord en la historia de los Juegos Olímpicos.
Como celebración, el sudamericano saltó con su tabla y el fotógrafo Jerome Brouillet, capturó el momento de la celebración que rápidamente se viralizó.
Brouillet indicó que esperaba la situación. “No me sorprendió, estaba preparado”, declaró a The Washington Post. “Yo y los otros fotógrafos en el barco supusimos que iba a hacer un salto, y eso fue lo que hizo. Entonces apreté el botón”, explicó.
“Nunca pensé que fuera posible que esta toma fuera tan apreciada, pero puedo entender por qué… La alineación de Gabriel y la tabla: algunos han tratado de decir que es un retoque de Photoshop, pero no, Gabriel y la tabla simplemente están alineados así, con la correa conectando los dos elementos”, agregó.
De todas maneras, se tomó la historia con calma. “Para él, fue simplemente otro ascenso a la ola como lo hace cada vez, y yo simplemente lo estaba fotografiando como lo hago cada vez”, cerró.