La Supercopa entre Colo Colo y Universidad de Chile se jugará en partidos de ida y vuelta. La determinación obedece a motivos de seguridad. Ambos equipos podrán recibir solamente a hinchas de sus respectivas escuadras en los partidos en que ejerzan la localía.
La última materia y la fecha de los enfrentamientos son las materias que aún quedan por resolver. Sin embargo, ya está la certeza de que el mecanismo es el más aconsejable para garantizar la seguridad en ambos compromisos. El acuerdo es transversal entre Estadio Seguro, la ANFP y los respectivos clubes.
¿Quién termina como local?
Después de conocerse que la U obtuvo la Copa Chile, Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, lanzó la idea. “Se viene una linda Supercopa, va a ser un lindo partido. Creo que dadas las características del encuentro que se va a tener es mejor que haya que jugar dos partidos. A lo mejor, que haya que jugar un partido en cada estadio, cada uno con su hinchada. Son partidos muy importantes”, sostuvo el mandamás de la concesionaria alba.
“Lo conversamos hoy en la Comisión de Fútbol, que dado que se trata de las dos hinchadas más grandes. No sé qué Gobernación o Delegación Presidencial va a querer autorizar un partido como ese”, profundizó el empresario portomontino. La determinación de las autoridades termina concediéndole la razón a ese planteamiento que, en rigor, considera precisamente las dificultades que implicaría trasladar el encuentro más riesgoso del fútbol chileno a cualquier ciudad.
Entre ambos clubes, de hecho, existe un escenario de máxima tensión. Los laicos arremetieron en la justicia deportiva para poner en riesgo del título del Cacique. Denunciaron el eventual desacato del técnico Jorge Almirón en el partido frente a Huachipato, lo que desencadenó una álgida disputa, que sobrepasó el ámbito del Tribunal de Disciplina y se tradujo en fuego cruzado entre ambas dirigencias.
Finalmente, las dos instancias de la corte fútbol chileno desacreditaron la acusación. Ahora, los estudiantiles solo tienen el TAS como opción para reflotar la disputa y, eventualmente, quedarse con el título por esa vía.
Independientemente de lo que resuelta el máximo tribunal deportivo a nivel mundial, cuando los laicos acudan, lo concreto es que la relación directiva está rota. ““Me gustaría escuchar al presidente de la U, porque, la verdad de las cosas, cuando hay situaciones como estas los presidentes y las cabezas visibles tienen que salir dar la cara. Yo me acordaba de lo que dijo alguna vez Julio Barroso. Algo bastante menor que lo que señaló Marcelo Díaz y le dieron ocho fechas. Apelamos y le dieron cinco. Ahora aparece este abogado... no sé como llamarlo, un payaso, haciendo una conferencia de prensa. Encontramos que es irrespetuoso, ordinario y no corresponde. Estamos analizando los pasos”, dijo Mosa después del pronunciamiento de la Segunda Sala.
Los dardos del máximo dirigente albo también alcanzaron a Marcelo Díaz. “El Tribunal de Disciplina debe actuar de oficio y llamar al jugador y a este abogado que también es director de Azul Azul a que respondan por sus dichos, como ha pasado tantas veces”, estableció.
La decisión crucial
Sin embargo, aún queda una materia crucial por determinar: el orden de la localía. No será, ciertamente, un asunto fácil, pues ambos clubes pretenden definir el trofeo en el recinto en que habitualmente juegan como dueños de casa, con su respectiva hinchada en las tribunas.
Los albos, en todo caso, pretenden imponer una condición clave: que son los monarcas del Campeonato Nacional, el torneo más importante de los que dan derecho a participar en la definición por el título global. La U, en tanto, venció a Ñublense para quedarse con la Copa Chile, el segundo torneo en orden de importancia a nivel local.