La atención de la jornada en Pyeongchang estaba en el Centro Alpino Jeongseon. Ahí se realizaba el súper gigante femenino y debutaba Lindsey Vonn. Los fanáticos, la prensa y los deportistas que estaban con un rato libre encontraron el espectáculo que fueron a ver, pero no gracias a la norteamericana, sino por la checa Ester Ledecka, nueva campeona olímpica que también es campeona mundial en snowboard.
Ni siquiera estaba entre las favoritas. Contaba como su mejor resultado un séptimo lugar en una fecha mundial, en 2016. Pero ayer esquió con las ganas que tenía contenidas desde Sochi, cita de la quedó fuera por apenas un puesto.
A estos Juegos clasificó 26ª. En el mismo turno, le tocó hacer su bajada de ayer. Pocos le tomaban atención. Preferían elogiar a Anna Veith, quien era puntera hasta ese momento y se aprontaba al bicampeonato olímpico en la especialidad (ganó en Sochi).
Ledecka empezó a impresionar desde el primer control de su recorrido, donde ya estaba por encima de las expectativas. Y no le pasó como a muchas de las participantes de ayer, que partían muy bien y con el pasar de la bajada volvían a su nivel de siempre. Ella siguió mejorando, en velocidad y técnica, hasta terminar. Se sacó las antiparras con sólo la impresión de haber hecho una gran pasada. Nunca se esperó superar, aunque fue por una centésima , a Veith (01'21"12 contra 01'21"13). Su rostro de incredulidad lo demostraba. "Pensé que se trataba de un error en el crono", reconoció la increíble checa.
Increíble, porque ahora tiene que preocuparse de su verdadera especialidad: el eslalon gigante paralelo del snowboard , donde sí es favorita y va por el oro como único objetivo, no como un premio inesperado. Un premio que, además, significa el primer oro invernal en la historia de República Checa.
Lindsey Vonn, en tanto, ayer escribió una historia absolutamente opuesta. Se le había indicado como favorita para, al menos, estar en el podio y terminó pasando casi inadvertida, si no fuera por un par de críticos y otros que justificaron la desilusionante actuación en su inactividad olímpica (no estuvo en Sochi) y sus lesiones en la rodilla derecha.
La mejor carta norteamericana bajó en el primer turno, con 01'21"49, finalmente a 38 centésimas de la sorprendente Ledecka. Estuvo apenas dos turnos en posición de oro, pues la italiana Johanna Schnarf , tercera en pasar, la superó . En el podio se sostuvo un poco más. Hasta que pasó la séptima participante, Tina Weirather, de Lichtensteien, quien finalmente se quedó con el bronce.
Lejos de seguir a Weirather tras su bajada, las cámaras se fueron inmediatamente hacia un rostro que intentaba ocultar la decepción con una sonrisa débil. Era Lindsey Vonn, la contraparte de Ledecka.