Cuando Mo Farah anunció su retiro de las pistas, lo hizo dejando en claro que en el atletismo se mantenía, pero corriendo en asfalto. Así, se unió a la cofradía de ex corredores en hacer la transición del tartán a la calle. Y no le está yendo mal al seis veces campeón mundial y cuatro veces olímpico: ya ganó el maratón de Chicago del año pasado y ahora busca repetir la hazaña en Londres, a final de mes. Fue un vuelco casi natural para continuar con su carrera. El domingo, en el Maratón de Santiago, los atletas de élite confirmados (como Kipkemei Mutai, Nicholas Kipchirchir o Nelson Ito), en cambio, no tuvieron un pasado brillante en pista. Son carne natural del maratón.

Es sobre la pista, el escenario más icónico del atletismo, donde se forman los corredores. Difícilmente al revés. En Chile, los pocos maratonistas destacados de la última década también brillaron antes sobre el rekortán. Érika Olivera, Natalia Romero, Leslie Encina o Enzo Yáñez, son parte de ese pequeño grupo. La transición no es sencilla.

"El maratonista es maratonista, y no otra cosa. Sabe que lo es. En Chile no tenemos buenos por lo mismo. Son corredores muy talentosos, pero que sus pruebas están en las distancias de pista, en los cinco mil y diez mil metros, no en los 42 kilómetros. Una u otra", dice Jorge Grosser, veterano entrenador del atletismo nacional.

A juicio del formador de Isidora Jiménez, las características entre la pista y el asfalto son radicalmente opuestas, y aunque el rekortán sirve para preparar el maratón, los 42 kilómetros exigen más que solo técnica y velocidad. "Quizás muchos buenos maratonistas, como el mismo Eliud Kipchoge, estuvieron bien en la pista, pero siempre pensaron en el maratón como prueba fundamental", asegura.

¿Podría un velocista hacerse maratonista? "Imposible. Los velocistas siempre terminan con sus tendones de Aquiles lesionados, y no soportarían competir una carrera tan extensa. Su musculatura, además, les pesa", recalca Grosser.

Pero que un maratonista no pueda competir en pista no significa que no necesite de ella. Pablo González, head coach de los Road Runners, explica cuáles son los beneficios de preparar los 42 kilómetros sobre ellas. "Es fundamental para comenzar a correr. Con mis corredores hacemos harto trabajo de pista por lo mismo", dice el además ex ciclista profesional. "Es que todos los grandes campeones del maratón han pasado antes por la pista, todos", agrega.

Pero hay ocasiones donde obligadamente se debe cambiar al maratón. Enzo Yáñez, olímpico por Chile en Río en los 42K, tenía como prueba fundamental los 3.000 metros con obstáculos. Sin embargo, el entrenamiento se le hizo tan duro que terminó lesionándose del tendón de Aquiles derecho.

"Esa era mi prueba, porque además mi contextura es más gruesa que la de un maratonista. Pero no tuve muchas opciones: si quería seguir en este deporte debía cambiarme al maratón, que pese a tener que correr más, no me desgastaba tanto los tendones", confiesa el Yáñez.