La trastienda de la jornada que terminó habilitando a Juan Martín Lucero para liderar el ataque de Colo Colo ante Coquimbo Unido
En la última sesión del Tribunal de Disciplina, los albos lograron revertir la primera de las tarjetas amarillas que había recibido el goleador argentino en el partido frente a Curicó Unido. Detrás hubo una estrategia planificada, que incluyó una decisiva jugada de último minuto.
Juan Martín Lucero podrá estar en el decisivo encuentro de Colo Colo frente a Coquimbo Unido. La Primera Sala del Tribunal de Disciplina eliminó la primera de las tarjetas amarillas que recibió el atacante argentino de los albos en el duelo ante Curicó Unido. Sobre el final del partido, teniendo en cuenta la sumatoria de amonestaciones, el juez Julio Bascuñán lo había expulsado del campo de juego. En Macul insistieron enfáticamente en que la primera decisión estaba mal adoptada. Argumentaban que el ariete nunca vio al defensor curicano. E insistieron en que no lo golpeó.
Sin embargo, el plan consideraba más elementos. De partida, el respaldo de las palabras a través de imágenes extraídas de la transmisión televisiva que, en gran medida, apoyaban la tesis de la inocencia de Lucero. Y, fundamentalmente, un par de acciones más que se fueron meditando en la antesala de la sesión del órgano sancionador del fútbol chileno y que, con el resultado de la gestión en la mano, en Macul celebran como claves.
La aparición de Lucero
Inicialmente, en el Cacique tenían previsto apoyarse en los videos para defender a su goleador. Estaba la convicción de que eran lo suficientemente elocuentes como para convencer a la sala que preside Exequiel Segall. Sin embargo, en la tarde del lunes la situación dio un giro determinante: se decidió que Lucero acudiera personalmente a defenderse ante el Tribunal. Y que, además, no lo hiciera solo: al artillero lo acompañaron el abogado del club y el gerente deportivo, Daniel Morón. El arquero de Colo Colo 1991 había sido, precisamente, el más crítico respecto de la actuación de Julio Bascuñán en el encuentro del domingo, en el estadio Monumental. De hecho, lo fustigó apenas terminó el duelo y ratificó sus dichos a El Deportivo.
Morón fue el encargado de exponer los elementos que llevaba para defenderlo. Su intervención estuvo dividida en dos partes: la primera. abocada a manifestar su discrepancia con el criterio que ocupó Bascuñán en la primera amonestación al atacante. Como declaró en El Deportivo, el exgolero defendió que Lucero no había visto al zaguero porque el campo visual se lo impedía y que, por lo tanto, jamás tuvo la intención de golpearlo. La segunda fue la alusión de la jugada en que Diego Coelho lesionó a Brayan Cortés. El exportero enfatizó en que esa acción sí merecía una sanción más drástica, que Bascuñán no adoptó.
Luego entró en escena Lucero quien, junto con ratificar lo que había expuesto Morón, reforzó su carácter de jugador bien intencionado, que solo había recibido una expulsión anteriormente y que, por lo tanto, no podría considerarse violento. Como el exguardameta, insistió en las características de la jugada y en la imposibilidad de ver al rival que fue a jugar el balón con la cabeza.
El nuevo orden
En Macul hablan, también, del giro que Morón le quiere dar a la presencia del Cacique. En Macul aún duele la forma en que se resolvió el Campeonato Nacional del año pasado, con determinaciones disciplinarias relativas al Covid-19 que, creen, les generaron un alto perjuicio. Hoy estiman que debieron defenderse con mayor energía.
En ese sentido, el nuevo enfoque apunta a hacer sentir el peso que, consideran, debe tener el club más popular del fútbol chileno, una muestra de poder que pretenden hacer sentir en todos los ámbitos del balompié nacional.
El nuevo orden albo parte con éxito. Lucero podrá estar ante los piratas, aunque no ante O’Higgins, un duelo al que los albos pretenden llegar con el título resuelto. Idealmente, gracias a algún gol del argentino en el Francisco Sánchez Rumoroso.
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