Llegaron entusiasmados, preparados para definir al exponente masculino de su país para Tokio 2020. Dirigidos por Omar Ochoa, la selección nacional de ciclismo ruta de Guatemala llegó a Puerto Montt para disputar la doble fecha del Circuito Americano UCI: el Gran Premio de la Patagonia (1.2) y la Vuelta a Chiloé (2.2). No lo consiguieron. En cambio, debieron cumplir cinco días de cuarentena en Chile.
Mientras el mundo comenzaba a cancelar y posponer todos sus eventos deportivos, en el sur de Chile, donde todo parece una sola isla, aún se resistían. Fueron 15 equipos, entre ellos el Team Medellín, el Movistar Ecuador y el Canel’s mexicano, los que llegaron casi al de la propagación del coronavirus en Chile y Sudamérica.
Ya que desde Santiago se anunció que los eventos con más de 5.000 personas eran prohibidos desde el lunes, en Puerto Montt decidieron correr su carrera. La ganó José Tito Hernández, del Team Medellín.
Pero el lunes la Vuelta a Chiloé suspendió. Los índices de contagio del COVID 19 hicieron que la carrera se cancelara, obligando a parar todo. “Fue algo bien duro, pero no podíamos correrla. Ya mucha gente se estaba oponiendo a que extranjeros entraran a la isla, así que debimos cancelarlo”, relata Pablo Heager, el organizador del evento.
Ante la imposibilidad de viajar a Chiloé, donde estaban hechas las reservas, se quedaron en el hotel Diego de Almagro de Puerto Montt. El plan, dice el entrenador, era estar hasta el 31 de marzo. “Vimos que estaban cerrando todos los vuelos y quisimos adelantar nuestro viaje, pero fue algo casi imposible. Todos los aeropuertos estaban cerrados o los pasajes muy caros”, recuerda Ochoa.
Finalmente, gracias a la ayuda de las autoridades olímpicas y el consulado de ambos países, consiguieron regresar a casa este domingo. Fue un viaje de de dos días. “Salimos el viernes 20 a las 13.10 de Puerto Montt a Santiago. El sábado, a las 9.10 despegamos de Santiago a Cancún. De ahí a Ciudad de México, y de ahí, finalmente, llegamos a Tapachula, donde cruzamos la frontera de manera terrestre a Guatemala”. Para esas alturas, hacerlo vía aérea era imposible.
“Es una pena no poder haber corrido la carrera. Es una de las más bonitas, porque es en la isla, que es un patrimonio de la humanidad”, se lamenta Ochoa. Él y su equipo ya están en cuarentena en sus casas. Por poco la cumplen en Chile.