Una de las referentes de esta generación es Carla Guerrero. La Jefa es el pilar de la defensa chilena y una de las jugadoras más experimentadas en el plantel. Por eso es una voz autorizada para hablar de Las Rojas. Una vez consumada la eliminación de Tokio, la número 3 de la selección habló con la prensa e hizo un balance de lo vivido en los Juegos Olímpicos. La tristeza la embargaba al momento de dejar el césped del Miyagi Stadium.
“Entregamos todos. Me voy con la entrega. No se dieron los resultados, pero nos entregamos al 100%. Siempre he dicho que el apoyo de la gente ha sido incondicional y que el apoyo lo hemos sentido siempre. Les pido disculpas porque los resultados no se dieron”, comentó visiblemente afectada a los micrófonos de TVN.
Pero también tuvo un momento para hablar del estatus de la Selección, uno que no está a la par de sus rivales en esta edición de los Juegos. “La realidad nuestra es diferente a la de las 11 selecciones que están acá. Nos sentimos unas ganadoras”, recalcó la defensa de la Universidad de Chile.
Pero quizás el momento más emotivo llegó al final, cuando entre lagrimas le mandó un mensaje a sus más cercanos, “a mi familia, que me perdone, porque siento que no estuve a la altura”, concluyó la histórica jugadora nacional. Un comentario que no responde al gran nivel mostrado en los tres partidos que disputó.
Son las emociones de despedirse del que es hasta ahora, el evento más importante que ha jugado el fútbol femenino del país. Una semana donde Chile compitió contra las mejores del mundo y donde la Generación Dorada agrandó aún más su historia. Por eso sorprenden sus declaraciones. Guerrero fue el ejemplo vivo de un equipo que se sacrificó hasta el último momento, luchando contra gigantes sin importar las diferencias.
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