Seis minutos duró la ilusión, cuyo significado estuvo siempre más cercano a una mentira que a sinónimo de esperanza. Seis a cero fue el global que acumuló Vasco da Gama contra la errática Universidad de Concepción, que de manera casi irrisoria volvió a conceder un gol tempranero. Paulinho se encargó de eso.

Cómo combatir a un rival si no puedes vencer tus propios errores. Al igual que en el Ester Roa, los cariocas no tuvieron que hacer mucho. Jugaron sin avasallar, solo esperando los espacios que abría el Campanil.

Tras el gol, Vasco volvía a retirarse. Sin apuro, invitando. E ingenuos, los chilenos fueron. Sin crear peligro excepto para ellos mismos. Es cierto que tuvieron dos ocasiones en las que el portero Silva brilló, pero nada más.

Terminando el primer tiempo llegó el tanto definitivo. Como si no fuese suficiente, otra vez abusaron de la temerosa zaga universitaria, que vuelve a enfocarse en el torneo nacional con una goleada a cuestas difícil de olvidar. Pikachu, cómo no, anotó tras un córner (42').

Ya en el complemento hubo dos expulsiones directas , una para cada escuadra, que llevaron al partido a un punto muerto. Cuarenta y cinco minutos de juego displicente originados por el irrefutable conocimiento de que ya todo estaba decidido. Para qué desgastarse decían en Vasco; es imposible, desde la UdeC. Y lo fue.