Gustavo Álvarez, el nuevo técnico de la U, había sido claro: Gabriel Arias o Gabriel Castellón debían ser fichados para el arco. Y finalmente, tras no alcanzar acuerdo con el portero de Racing, el guardameta del campeón del fútbol chileno se pondrá la camiseta azul.

El formado en Santiago Wanderers se realizó los exámenes médicos correspondientes en la mañana de este viernes y si nada falla en dicho trámite, será anunciado en horas de la tarde. ¿El vínculo? Cuatro años durará el contrato de Castellón y tendrá la misión de pelearle el puesto al recién renovado Cristopher Toselli.

Castellón era la segunda alternativa de la concesionaria laica, pues la gerencia deportiva encabezada por Manuel Mayo, negoció hasta el último momento con Arias. Sin embargo, las pretensiones económicas del seleccionado chileno impidieron la concreción del fichaje: la U estaba dispuesta a pagarle 25 mil dólares mensuales y él gana al otro lado de la cordillera 70 mil dólares cada 30 días.

Cifra imposible de alcanzar para las alicaídas arcas de la concesionaria estudiantil, Azul Azul, pues a eso había que agregarle la transferencia del jugador. Es que Arias no negociaba con el pase en su poder, pues tiene contrato vigente con los de Avellaneda hasta diciembre de 2025 y no lo iban a dejar salir gratis.

Menos ahora que el nuevo técnico de los albicelestes, Gustavo Costas, había aclarado los dichos que iniciaron las conversaciones. El estratega había dado a entender que quería a otro arquero para su oncena y Arias comenzó a buscar una salida, pero esta semana cambió su discurso y sostuvo que estaba hablando con todos sus dirigidos para que se quedaran y juntos pelearan la Copa Sudamericana.

El lío de Campos

La llegada de Castellón resuelve uno de los dolores de cabeza que tuvo la sociedad anónima laica durante este mes. Álvarez había sido claro en que había que reforzar todas las líneas, pero la U tenía una piedra en el zapato bajo los tres palos: Cristóbal Campos.

El canterano no logró consolidar el buen rendimiento que tuvo a principio de la temporada que recién concluyó y su comportamiento no fue adecuado, por lo que obtuvo una mala evaluación por parte de la gerencia técnica.

Pero el nacido en Lonquén tenía contrato vigente, por lo que se le buscó un club para mandarlo a préstamo. Operación que no dio resultado, por lo que se conversó con el jugador y en conjunto se decidió ponerle fin anticipado al vínculo que lo ataba a la institución y dejarlo partir con el pase en su poder.

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