La U lidera los ingresos por venta de jugadores en las últimas dos décadas
Una radiografía de las transferencias de futbolistas nacionales y extranjeros pone a Universidad de Chile con casi US$ 100 millones a su contabilidad. Los azules son seguidos por Colo Colo, con más de US$ 75 millones y la UC, con casi US$ 40 millones. Con los traspasos de Núñez, Valencia, Méndez y Solari, el torneo logró la mejor cifra en ocho años.
A pesar de los malos resultados internacionales, el campeonato chileno goza de buena salud, al menos, en lo que a exportaciones de futbolistas se refiere. Las salidas de tres jugadores rumbo a Europa (Diego Valencia, Víctor Méndez y Marcelino Núñez) y uno a River Plate (Pablo Solari), todos en menos de un mes, se tradujeron en ingresos cercanos a los 14 millones de dólares. Una cifra que vuelve a poner al Torneo Nacional en el tope de sus marcas históricas de ingresos.
El Deportivo realizó una radiografía sobre las ventas y cesiones de deportistas en los últimos 20 años, sin contar las transferencias internas de jugadores ni los derechos de formación ni los mecanismos de solidaridad que se obtuvieron por traspasos de jugadores libres. Un listado donde la aproblemada Universidad de Chile logra la nota más alta.
Solo en 2022, los clubes ya consiguieron sus mejores números de los últimos ochos años. Desde enero a la fecha, han salido ocho jugadores, quienes dejaron más de US$ 17 millones en la caja de las respectivas instituciones. Meses atrás ya habían dejado el país:
- Valber Huerta (Universidad Católica)
- Lautaro Palacios (Audax Italiano)
- Iván Morales (Colo Colo)
- Hernán Galíndez (U).
Números que no se veían en las ventanas de transferencias desde 2014, año en que, entre otros movimentos:
- La UC vendió a Nicolás Castillo al Brujas (US$ 3,5 millones).
- O’Higgins traspasó a Octavio Rivero al Vancouver Whitecaps (US$ 3 millones)
- Y Universidad de Chile a Igor Lichnovsky al Porto (US$ 2,5 millones).
Tiempos azules
Sin embargo, el mejor año calendario en esta particular lista ocurrió en 2011, en medio del período de la mayor venta desde un equipo chileno al extranjero. Justo después de levantar la Copa Sudamericana, en diciembre de ese año, Universidad de Chile acordó la venta de Eduardo Vargas al Napoli en una suma cercana a los 14,8 millones de dólares. Solo en ese año, el cuadro azul recaudó casi US$ 23 millones con las partidas de:
- Edson Puch a Al Wasl emiratí (US$ 4 millones)
- Mauricio Victorino a Cruzeiro (US$ 2 millones)
- Felipe Seymour al Genoa de Italia (US$ 2,1 millones).
El mismo lapso en que Colo Colo sumó cerca de US$ 8 millones tras la venta de:
- Macnelly Torres a San Luis de México ( US$ 2,8 millones)
- Ezequiel Miralles a Gremio (US$ 2,3 millones)
- Cristóbal Jorquera al mismo Genoa (US$ 1,8 millones)
- Diego Rubio al Sporting de Lisboa (US$ 1 millón).
Eran los tiempos en que la tesorería del cuadro azul logró imponer sus términos. Donde, ciertamente, se sentaron las bases del récord que tiene la U en estas últimas dos décadas. Porque si 2011 fue bueno, el año siguiente tampoco se quedó atrás en cuanto a transferencias. Esa vez, los protagonistas fueron:
- Junior Fernandes, quien dejó US$ 6 millones en su partida a Bayer Leverkusen de Alemania;
- Marcelo Díaz, quien superó los US$ 4 millones en su incorporación al Basilea de Suiza.
Si hasta los juveniles universitarios dieron la nota alta, cuando Manchester United comprometió US$ 5,5 millones en la adquisición del pase de Ángelo Henríquez. Precisamente, ese 2012, apoyado casi íntegramente en el éxito del equipo de Jorge Sampaoli, es el segundo año con más ingresos para los clubes chilenos, con casi 30 millones de dólares entre traspasos definitivos y cesiones.
El peak de los albos
Así como los universitarios tuvieron su momento, su archirrival también logró el suyo. Quizás no fue tan extenso, cuantioso y lucrativo como el de la U. Sin embargo, el Colo Colo que fue tetracampeón chileno bajo el mando de Claudio Borghi también dejó varios jugadores en el extranjero, cuyas ventas le dieron mayor valor a las acciones de Blanco y Negro, al margen de los éxitos deportivos.
Entre 2006, cuando el Cacique fue finalista de la Sudamericana y logró el bicampeonato, y el 2007, en el que enrieló otras dos coronas nacionales consecutivas, el elenco de Macul desmanteló su equipo de a poco, con parte de la base de lo que después sería la Generación Dorada. En el primer año se fueron jugadores como Matías Fernández a Villarreal, hasta ese momento la venta más alta desde Chile, previa cancelación de casi 9 millones de dólares. Poco antes, Jorge Valdivia se había ido a Palmeiras (US$ 3,5 millones) y Claudio Bravo hizo lo propio en su traspaso a la Real Sociedad (US$ 1,5 millones).
En la temporada siguiente, en julio de 2007, el director del Leverkusen Rudi Völler viajó hasta Santiago para llevarse a Arturo Vidal, jugador por el cual cancelaron 7,7 millones de dólares por el 70% de la carta. En los mismos días, el técnico Miguel “Piojo” Herrera se trasladó personalmente hasta la capital de Chile para convencer a Humberto Suazo de que firmara en Monterrey, una operación que dejó alrededor de 4,7 millones de la divisa norteamericana en el balance de Macul.
El contrasentido de la U
Suena incluso a paradoja, pero en estos 20 años de fútbol chileno, el elenco universitario es el que lejos más dinero ingresó por ventas y cesiones de jugadores, nacionales o foráneos, a clubes más allá de sus fronteras. Negocios importantes como el ya mencionado de Vargas a tierras napolitanas u otros que aún sacan ronchas en la contabilidad de los azules, como el traspaso definitivo del mendocino Valentín Castellanos a Torque de Uruguay en 300 mil dólares, en julio de 2018, el mismo que hoy está tasado en 15 millones de dólares por New York City de Estados Unidos y quien fue cedido al Girona de LaLiga.
Lo cierto es que, en dos décadas, los universitarios recaudaron cerca de 100 millones de dólares en traspasos definitivos y/o ventas de futbolistas. Un total de 38 elementos se foguearon en el elenco azul para luego firmar contratos en el extranjero con dispar suerte. Al mensurar ese dato, la pregunta que salta de manera espontánea es en qué se invirtió todo ese gran caudal de dinero. Si bien la U tiene un centro de entrenamiento de primer nivel latinoamericano como el CDA, lo concreto es que el segundo equipo más popular de Chile todavía no tiene estadio o un recinto propio en el que disputar sus partidos. Una situación que lo ha llevado a trasladar su localía por casi todo Chile, sobre todo, desde que el Estadio Nacional continúa remodelándose.
Varias administraciones de Azul Azul han proyectado la construcción de ese nuevo proyecto, pero problemas administrativos y el rechazo de varias comunas de la capital han truncado el deseo de los directores de la concesionaria. Encima, desde hace cuatro años que el equipo cayó en un vacío futbolístico que lo ha tenido al borde del descenso desde 2019. Después del exitoso paso de Jorge Sampaoli, quien en 2012 tomó la selección chilena, se han sucedido una quincena de entrenadores en el cargo con más de dos partidos en el cuerpo, ya que algunos, incluso, tomaron las riendas del equipo como interinos, pero llevaron su labor más allá de lo esperado.
Los otros protagonistas
En el caso de Colo Colo, segundo en el ranking, los dineros captados pasan levemente los US$ 75 millones en 28 futbolistas. Tercera está la UC, con cinco jugadores menos que los albos en cuanto a los que dejaron dinero directamente en las cuentas cruzadas, pero a un 40% respecto de sus archirrivales.
Audax Italiano se consolida en un honroso cuarto puesto con poco más de 27 millones de dólares. Sus grandes hitos son el traspaso de:
- Franco di Santo al Chelsea en 7 millones de dólares
- La venta de Fabián Orellana a Udinese y Granada en 4,2 millones de dólares
- La de Carlos Villanueva a Al Shabab de Emiratos, en casi US$ 5 millones.
En cuanto a los cuadros de provincia, O’Higgins de Rancagua ha logrado mantener sus finanzas ordenadas y no ha mostrado pudor en meter varios jugadores en el extranjero, como:
- Jean Beausejour al América de México
- Pedro Pablo Hernández en el Celta de Vigo
- Carlos Carmona en la Reggina.
Huachipato es otro de los que destaca, sobre todo, con la llegada de jugadores venezolanos que llegaron por poco dinero y fueron superventas, como Yeferson Soteldo o Rómulo Otero. Eso, sin contar que muchos de esos equipos han logrado transferir futbolistas por sumas importantes a los cuadros más grandes del torneo local, cuyas cifras no aparecen en esta radiografía.
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