La U logra su séptimo triunfo consecutivo y es más líder
La U vence con sufrimiento a un descarado Curicó por 2-1 y llegará puntero al superclásico
U. de Chile: J. Herrera 4; A. Contreras 4, R. Echeverría 4, R.Vaz 4; M.Rodríguez 5, L.Reyes 5, F.Seymour 4 (57', D. Pizarro 4), J.Beausejour 6, Á. Araos 6; N. Guerra 5 (77', F. Monzón 4), Y. Soteldo 5 (89', I. Díaz 4). DT: G.Hoyos 5.
Curicó: J. Deschamps 4; D. Díaz 4, C.Díaz 4 (46', N. Ormazabal 4 ), E.Godoy 4, J.Ortiz 3 (46', N. Rebolledo 4), M.Cortés 5, S.Zúñiga 5, E.Blanco 5 (78', C. Espinosa 4); G. Vargas 4, M. Quiroga 5, N. Gauna 5. DT: L.Marcoleta 5.
Goles: 1-0, 27', Deschamps, autogol con la cabeza en el rebote de una pena máxima enviada al palo por Beausejour ; 2-0 , 41', Soteldo define a placer tras una asistencia de tacón de Guerra culminando una triangulación iniciada por Araos. 2-1, 47', Zúñiga, de tiro libre por debajo de la barrera.
Árbitro: C. Andaur 5. Amonestó a Beausejour, Rodríguez y Contreras (U), y a C. Díaz, Godoy, Ortiz y Quiroga (C).
Estadio Nacional. Asistieron 28.712 personas.
En cursivas, jugadores juveniles.
Universidad de Chile cree, tiene fe en sí misma. Y eso, en fútbol, es ya medio triunfo. El otro medio lo conquistó, ante un descaradísimo Curicó Unido, a base de oficio. Y llegará puntero al Superclásico del próximo domingo.
Porque la semana que el propio Guillermo Hoyos había dado en definir como "muy bíblica", y que había comenzado con un meritorio empate ante Racing, por Libertadores, concluyó con un nuevo éxtasis colectivo del líder ante su afición en el torneo doméstico. Todo ello luego de un trepidante duelo ante Curicó no exento, por cierto, de importantes cotas de religiosidad.
Como la multiplicación de los peces (delfines inflables, en este caso, aludiendo con sorna a la derrota del archirrival Colo Colo en la Copa, ante el modesto Delfín ecuatoriano) con que la hinchada azul recibió a su equipo en el Estadio Nacional.
Pero el triunfo del conjunto laico por 2-1, el séptimo consecutivo en el campeonato nacional, fue tan trabajado como agónico.
La historia habría podido ser, de hecho, muy distinta, si el remate del Arcángel del gol (ese delantero con apodo bíblico) a los cinco minutos, no se hubiera estrellado en el poste de Herrera. O si Mauro Quiroga no hubiese anotado después el rechace en milimétrica posición de adelanto. Pero las divinidades, ante Curicó (y por más que la gorra de Marcoleta, otro devoto confeso de las bancas, rezase "Jesús"), estaban del lado del puntero.
27 minutos tardó en adelantarse el Romántico Viajero, en una acción que nació de la torpeza (o tal vez de la misericordia) de Ortiz, que agarró ostensiblemente a Matías Rodríguez dentro del área cuando no era necesario.
Ejecutó la pena máxima Beausejour, pero esta vez el rebote caprichoso de la madera fue a parar directamente a la cabeza del arquero Deschamps, que terminó introduciendo la pelota en su propio arco. Otro remate al palo de Mauro Quiroga (tan comabativo como negado de cara a portería), a los 33', fue el preludio del 2-0, una maravilla colectiva materializada en gol por Soteldo. Su primer tanto oficial con la casaquilla azul. Araos, probablemente el mejor futbolista del equipo de Hoyos inició la jugada. Y Guerra, el profesional, completó la triangulación para el venezolano con un taconazo de lujo. Con un 2-0 tan ilusorio como ilusionante se marchó el equipo de Hoyos al entretiempo. Otro milagro.
El complemento presentó a un Curicó más perseverante aún, que encontró el premio a su insistencia muy pronto, con el descuento de tiro libre de un Zúñiga que rozó minutos más tarde la igualada con un fantástico remate de volea que se marchó alto por centímetros. Pero cuando se supo realmente intimidada, asomó la la versión más confiada de la U, ese equipo cuya inercia ganadora le hace parecer por momentos invencible.
Beausejour, infatigable por el costado, se volvió omnipresente en ataque, e Isaac Díaz, que apenas disputó unos minutos, tuvo el 3-1 en los descuentos. El travesaño lo evitó.
Pero no pudo evitar un nuevo triunfo de la U, trabajado a pulso, con oficio, con intensidad, señas de identidad hoy del líder del fútbol chileno. Un equipo que recibirá el próximo fin de semana a su archirrival en esa condición y con esa confianza que dan los triunfos. Y a la espera, seguramente, de otro semana bíblica.
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