Primer partido con público en el Torneo Nacional para Universidad de Chile, que buscaba ante Curicó Unido borrar la triste imagen que dejó en el Superclásico. Un marco espectacular en Santa Laura. Más de 12 mil hinchas alentando a los azules, una cantidad que no se veía desde antes de la pandemia. Sin embargo, a pesar de las duras sanciones previas por mal comportamiento, algunos que se creen más importantes que el espectáculo retrasaron el comienzo del encuentro en ocho minutos al no bajarse del alambrado.
En la previa, el ánimo estuvo muy caldeado, debido a los rayados que aparecieron en los portones del recinto de Unión Española, en los que se criticaba duramente a Azul Azul y a los jugadores. Aunque en la cancha el aliento fue incesante, el partido terminó con un intenso 1-1.
Santiago Escobar, quien se jugaba mucho en el encuentro de anoche, hizo algunas modificaciones. De hecho, la más llamativa fue el ingreso de un ordenado José Ignacio Castro por Marcelo Morales en la banda izquierda. Así, las subidas se concentraron por la derecha, donde Yonathan Andía sigue lejos del nivel que mostró en Unión La Calera. Sus centros nunca terminaron bien.
El mediocampo de la U definitivamente deja muchas dudas. Álvaro Brun es un jugador voluntarioso, mientras que Israel Poblete nuevamente coqueteó con la expulsión y Felipe Gallegos otra vez quedó sumido en la intrascendencia.
Por su parte, el elenco albirrojo intentó dañar por las bandas con las subidas de sus laterales, los desbordes de Bayron Oyarzo y la presencia en el área de Rodrigo Holgado, además del criterioso juego de Yerko Leiva. En algunos momentos pudieron tomar el protagonismo y en otros se replegaron para impedir que Ronnie Fernández y Cristian Palacios, los atacantes azules, recibieron balones limpios.
La más clara para la U recién llegó a los 49′. Un cabezazo de Palacios en la entrada del área chica se fue apenas desviado. Mientras que a los 53′, lo tuvo la visita, pero Galíndez estuvo brillante para sacarle un remate potentísimo a Federico Castro.
Con el correr del segundo tiempo, ambos equipos intentaron controlar el balón. Por un lado, el cuadro estudiantil intentaba ganar las espaldas con pelotazos largos, pero careció de ese pase distinto. Jeisson Vargas tuvo algunos chispazos de buen fútbol, pero no aportó desequilibro. Finalmente fue reemplazado por Pablo Aránguiz, quien se fue expulsado a los 90′+4′ y se perderá el clásico universitario ante Universidad Católica.
En tanto, los dirigidos de Damián Muñoz buscaron acercarse con la velocidad de Oyarzo, pero sin peligro.
Cuando todo parecía condenado a un empate sin goles, a los 85′, una mano de Matías Cahais tras un cabezazo de Ignacio Tapia fue advertida por el VAR y el juez José Cabero cobró el penal. Ronnie Fernández, el más luchador de los azules, definió abajo y cruzado para abrir la cuenta.
La U celebraba lo que parecía ser una victoria valiosísima para la moral tan golpeada. Sin embargo, el elenco que dirige Escobar nuevamente mostró tener una quijada blanda. Bastó que Curicó se fuera en demanda del arco para que se notara todo el nerviosismo de los estudiantiles. A los 90′, un perfecto centro de Ronald de la Fuente encontró la cabeza de Diego Coelho, quien conectó a la perfección para batir a Galíndez. Y pudo ser peor, de no ser por el arquero ecuatoriano, quien sacó un cabezazo de gol en el último segundo a Leiva.
Si bien la U mostró menos errores que en las fechas anteriores, todavía está lejos de convencer. El desbalance a la hora de reforzarse sigue penándole al DT, quien se ha visto obligado a echar mano a algunos valores jóvenes para suplir esas carencias. Mientras que Curicó confirmó que es uno de los equipos que más hará trabajar a sus rivales gracias a una propuesta muy bien elaborada por Damián Muñoz.