La Universidad de Chile dejó muchas dudas en su debut en el Torneo Nacional. El estreno, con caída sin mayor contrapeso por 1-2 ante Unión Española, no hizo más que ratificar el pobre nivel ya exhibido en la pretemporada.
El equipo de Hoyos sólo suma derrotas este 2018 y se llena de cuestionamientos. En su estreno oficial en el torneo, su presentación fue menos que deficiente.
Desde la frialdad de los números, se concluye que los laicos fueron uno de los elencos más pobres de la jornada inaugural. Así, por ejemplo, se establece que fueron el cuadro menos eficiente en los pases, con un 81,6% de acuerdo a los datos que proporciona Data Factory, muy por debajo del 95,5% de Antofagasta, que dejó buenas sensaciones pese a su caída ante Colo Colo y lidera en ese ítem.
Los estudiantiles fueron, eso sí, el equipo que más pases intentó (374), pero sus exiguos cinco remates al arco dan cuenta de una tenencia ineficiente y un dominio derechamente inútil e intrascendente.
La Calera, por ejemplo, último en aquel apartado (apenas 90 pases), remató las mismas cinco veces con destino al arco, pero tuvo la contundencia para sumar tres puntos ante Palestino. O la propia Unión Española, que completó 220 pases (180 buenos y 40 malos), pero tuvo mayor claridad para acercarse sobre el arco de Johnny Herrera. Sumó siete remates al arco y ganó el partido desnudando todas las fragilidades del bloque posterior universitario.
En el desglose individual de la estadística, además, se explican en gran parte todos los problemas de la U, los mismos que arrastra desde el Transición 2017. De los diez jugadores -de todos los equipos- que más fallaron en sus pases durante la jornada inaugural, seis son azules. Así, Vilches (10), Lorenzetti (8), Pizarro (8), Jara (8), Reyes (7) y Rodríguez (7) fueron los principales responsables de las 69 entregas erradas del conjunto estudiantil en su amargo primer partido oficial del año.
Sin contar al lateral derecho, que hace rato arrastra un nivel deficiente, los centrales y los tres volantes, primera salida y armadores del juego, respectivamente, fueron quienes más fallaron. Y de esa manera, ganar (o jugar bien siquiera) se vuelve una tarea imposible.
Punto para Palermo, que mandó a presionar en la zona media y forzó más de un contragolpe ante los errores de los volantes de la U. Ni hablar del mal posicionamiento del equipo en su conjunto, en especial de los laterales, sin claridad para no perder pie en el fondo.
Sirvió de poco el esfuerzo colectivo puesto en la recuperación (31 en total para los de Hoyos, que fueron el tercer equipo que más veces robó la pelota en la primera fecha), pues chocaron con los rojos, que mandan en ese aspecto (41), y porque, con la pelota en su poder, los azules fueron erráticos, abúlicos y hasta predecibles.
La U no da pie con bola y ya surgen dudas. Y es que entre los propios jugadores ya se deja ver cierta disconformidad. Como dejó en claro Mauricio Pinilla, que adujo "falta de carácter en momentos clave" y expresó sin tapujos lo evidente, que el equipo está fallando "siempre en los mismos puntos". El nueve apunta directamente al discreto nivel individual que mostraron el domingo sobre la cancha del Nacional algunos integrantes del equipo, donde hasta el amor propio parece haber quedado en casa.
Tiene tarea Hoyos y su cuerpo técnico, para no caer pese a establecer el dominio (tuvo el 55% de la posesión), en una situación que también vivió Antofagasta, que cayó pese a manejar la pelota (54%) o Palestino, que sufrió el mismo mal (66%). No así la UC, O'Higgins e Iquique, que establecieron dominio y se quedaron con los tres puntos.