U. de Chile 0 - Vasco da Gama 2

U. de Chile: F. De Paul; R. Echeverría, G. Jara, Rafael Vaz, J. Beausejour; R. Caroca (87', Y. Leiva), F. Seymour; G. Lorenzetti; N. Guerra (75', I. Díaz), M. Pinilla, Y. Soteldo. DT: E. Valencia.

Vasco da Gama: M. Silva; Rafael Galhardo, Breno, Werley, Fabricio; L. Desábato, B. Silva (73', Kelvin); Caio Monteiro (61', D. Riascos), Wagner, Pikachu; A. Ríos (85', F. Erazo). DT: Zé Ricardo.

Goles: 0-1, 15', Bruno Silva aprovecha el rebote que da De Paul a disparo de Monteiro; 0-2 ,82', Pickachu aprovecha un error grosero de Jara y marca el gol de la eliminación azul.

Árbitro: Gery Vargas (BOL) 5. Amonestó a Echeverría (U); Breno, Monteiro, Pikachu (V).

Estadio Nacional. Asistieron 25.139 personas.

La U está enferma. Débil, con dolor de huesos, con la cabeza como una bomba y muy congestionada. Le cuesta respirar, le cuesta moverse. Se levanta de la cama sólo para jugar y no tiene la fuerza para enfrentar a sus rivales. Cualquier toquecito, cualquier golpe, es una estocada mortal. La U está muy enferma, necesita curarse con urgencia, pero el remedio no aparece.

Contra Vasco da Gama, en el cierre del Grupo E de la Copa Libertadores, los azules siguieron sin mostrar señales de mejoría. Eso que no jugaron tan mal, especialmente en el primer tiempo, y que pese a las seis bajas hicieron un partido digno ante los brasileños. No les alcanzó, sin embargo, para obtener un buen resultado. Para abrazarse camino a camarines. Universidad de Chile perdió por 0-2 y quedó eliminada de la Copa Libertadores y fuera de la Copa Sudamericana.

Sobre la hora, el Huevo Valencia tuvo que ajustar sus piezas. El descarte de David Pizarro obligó el uso de una dupla oxidada en el centro del campo: Caroca y Seymour. Dos jugadores de mucho esfuerzo, de ida y vuelta, pero con poco fútbol para acompañar a Lorenzetti, el enganche. Un triángulo que respondió dentro de sus posibilidades, pero que estuvo lejos de marcar diferencias en la zona más relevante de la cancha.

El desequilibrio, entonces, quedó en los pies de Yeferson Soteldo, cargado por la izquierda. El venezolano, sin duda el jugador más incisivo de los locales, asumió un rol protagónico, apoyado por su banda por Jean Beausejour (más que interesante dupla). Sólo con eso, la U desniveló y le generó varios problemas a la zaga carioca. El problema es que el marcador tempranamente se cargó hacia la visita, con el tanto de Bruno Silva (15').

El cuadro del chuncho entró en una encrucijada, entre ir a buscar el empate y el riesgo de sufrir otro gol en contra, que le costaba la eliminación de las copas internacionales de 2018. Un peso extra, uno de tantos que han cargado los universitarios en las últimas semanas.

En el segundo tiempo, Vasco adelantó sus líneas. Un poco, en todo caso. La U, en cambio, dependía casi exclusivamente de la inventiva de Soteldo para generar peligro. La amenaza del segundo gol brasileño seguía latente. El nerviosismo creció, la pelota empezó a quemar en los pies del dueño de casa.

La visita era una amenaza latente. Había que mantener la calma, no cometer errores. Gonzalo Jara (uno que no merece seguir en el club) no lo entendió así y con un error grosero tras un despeje largo del portero Martín Silva, falló el cálculo y le dejó el gol servido a Pikachu, para que anote el 0-2. Pesadilla. Ni siquiera valía descontar. La diferencia de goles como visita favorecía a Vasco.

Lo cierto es que la anotación mató a la U. Una gripe fuerte se transformó en un cáncer terminal. Una respuesta, futbolística o emocional, simplemente no existió. Y así, el proyecto ambicioso de Azul Azul se terminó de derrumbar. Quedó hecho añicos. La U ni siquiera supo perder, qué mayor señal de una crisis profunda y del corazón destrozado. Los sentimientos deben quedar fuera de la cancha, el fracaso dicta el próximo paso: varios deben abandonar de una vez por todas esta institución.