La U muerde el anzuelo de O’Higgins y solo suma dudas para el Superclásico
Con un escaso vuelo futbolístico, los azules cayeron por la cuenta mínima frente a un corajudo equipo de Rancagua. Los estudiantiles carecieron de un creador y mostraron un bloque defensivo muy frágil. El único gol llegó tras un error de su nuevo refuerzo Felipe Gallegos.
Gustavo Quinteros decía tras la derrota frente a Huachipato que si Colo Colo seguía jugando así podía sufrir complicaciones en el Superclásico frente a Universidad de Chile. Esa misma frase puede ser perfectamente aplicable a los azules, que frente a O’Higgins no lo pasaron bien, sobre todo después de un primer tiempo muy discreto, donde no tuvieron tiros al arco y donde los celestes marcaron el ritmo del encuentro. Ni siquiera la posibilidad de llegar a la cima hizo que la U mostrara algo distinto a lo que venía haciendo y terminó lamentando una derrota por 0-1 en Santa Laura.
A los cuatro minutos, los estudiantiles ya sufrían con la presión alta y por las bandas del conjunto rancagüino. Así, no fue extraño que una pelota perdida por Luis Felipe Gallegos, quien no solo se estrenaba como refuerzo, sino que también lo hacía como capitán, terminara en una contraataque letal. Pablo Hernández le puso un pase magistral a Carlos Muñoz, quien con mucha categoría alojó el balón en el palo derecho de Hernán Galíndez. Pese a realizar su mejor esfuerzo, el arquero ecuatoriano no pudo sacar el disparo tan esquinado del delantero visitante.
El equipo de Santiago Escobar sufrió mucho por la izquierda. NiGallegos ni Junior Fernandes tuvieron comodidad para maniobrar. Casi siempre la defensa azul quedó mano a mano frente a los movimientos de Hormazábal, Hernández y Barceló. Y ahí, nuevamente, se vio un bloque posterior muy dubitativo ante cada carga. Por momentos, el correcto Álvaro Brun, el otro debutante, se sumó al trabajo defensivo metiéndose entre los centrales. El uruguayo intentó ser protagonista, mostrándose como alternativa de pase y ejerciendo un interesante liderazgo en la cancha.
Por otra parte, la falta de un creador ante la baja de Jeisson Vargas le pesó mucho a la U durante esos primeros 45 minutos. Escobar lo notó también y envió a la cancha al juvenil Darío Osorio por Camilo Moya. Este último fue víctima de un patadón que le significó la expulsión vía VAR a Cristóbal Castillo, a cuatro minutos del final de la parte inicial.
Desorden ofensivo
Con la superioridad numérica, la U se fue en busca del empate. A los 55′, un cabezazo de Junior Fernandes fue muy bien contenido por Alexis Martín. Sin embargo, los ataques fueron más demostraciones de ímpetu que jugadas elaboradas. Escobar mandó a Fernandes hacia la derecha para generar más alternativas ofensivas. Y ahí se vio bastante mejor.
El reloj avanzaba y la U se desesperaba. A los 69′, Palacios pudo igualar, pero otra vez Martín detuvo el remate. Escobar mandó a la cancha a Pablo Aránguiz y Lucas Assadi para tener mejor pie y mayor desequilibrio. Luego, sumó a Franco Lobos, para intentar abrir la cancha, aunque sin éxito.
En los últimos minutos, los azules sumaron aproximaciones a través de balones detenidos, mientras que el elenco de la Sexta Región aguantó como pudo los embates del local. Pero, a pesar de ir amontonando jugadores de perfil más ofensivo, la fórmula se tornó demasiado predecible. Tampoco estuvieron en su noche Ronnie Fernández ni Palacios. Muy marcados y con escasos balones con ventaja, terminaron estrellándose en el muro que propuso O’Higgins en el segundo tiempo. Una apuesta visitante impecable, ya que atacó cuando había que hacerlo y no tuvo asco en reventar la pelota cuando la situación lo ameritó.
Si la U quiere romper el maleficio de 21 años sin ganar en el Monumental, tendrá que mostrar mucho más que lo hecho en estos últimos tres partidos. Con pocas ideas, sin un abastecedor de balones hacia los delanteros y con una fragilidad defensiva impropia para un equipo que se hace llamar grandes (y que hace más inentendible que no se hubiesen reforzado con otro central), las posibilidades de entrar en la historia se reducen considerablemente.
En los cinco días que restan para el Superclásico, Santiago Escobar deberá revisar muy bien qué es lo que quiere para su equipo, porque hasta el momento su propuesta ha ido de más a menos y las dudas llegan justo en la víspera de un partido donde el que tenga mayor claridad va a ganar.
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