La U se queda con el clásico universitario femenino

Universidad de Chile 3-2 Universidad Católica

U. de Chile: T. Lingsch; M. Olivares, T. Pérez, D. Orellana, V. Núñez; M. Cortés, F. Rath, E. Pérez, M. Grau (87', B. Ormeño) ; D. Zamora, M. Adasme (93', S. Puebla). DT: Raúl Aburto.

U. Católica:  F. Cárdenas; M. Ávila (65', Aguayo), F. Soto, C. Cofré, N. Saint-Jean (46', I. Orta (79,' Núñez)); M. Martín (7', A. Genskowsky), J. Moreno, C. Martabit, I. Hernández (46', I. Celis); R. Maira, M. Montenegro. DT: Ronnie Radonich.

Goles: 1-0, 28', Pérez, con un remate de distancia que se metió en el ángulo; 2-0, 54', Grau, luego de un error de la portera Cárdenas; 3-0, 58', Zamora, con un disparo rasante tras dejar en el camino a la arquera rival; 3-1, 74', Aguayo, luego de encontrarse con el balón tras un tiro libre; 3-2, 84', Aguayo, con un zapatazo pegado al travesaño.

Árbitro: Dione Rissios Durán. Amonestó a Núñez (UCH).

Estadio Nacional. 

La Universidad de Chile se quedó con la versión femenina del clásico universitario. Las azules vencieron por 3-2 a la Universidad Católica, en la antesala del mismo duelo, pero en versión masculina.

La lesión de Martín le complicó de entrada al panorama a la UC, que dominaba sin contratiempos a su rival durante los primeros minutos de partido. La Universidad de Chile apostó a salir rápido ante la posible equivocación de las cruzadas, que en la primera mitad no tuvieron ocasiones claras para adelantarse en el marcador. Cada vez que la U pasó al ataque, lo hizo con superioridad numérica, ante una defensa que no pudo contrarrestar la velocidad de las delanteras azules que, si bien, en un principio, no lograron instalarse en campo contrario, demostraron oficio y actitud de triunfo.

Las dueñas de casa comenzaron a acercarse a la portería de la escuadra de Las Condes. No con ataques construidos, pero sí con centros al punto penal desde los costados y remates de distancia. Así fue precisamente como cayó el primero de la jornada, con Elisa Pérez. La volante sacó un zapatazo imposible de atajar para la portera Cárdenas, que solo miró como el balón besaba el fondo de la red luego de cruzar la línea de gol por el ángulo superior izquierdo. Todas las jugadoras presentes en la cancha se detuvieron para apreciar como la pelota agarró un efecto digno de aplaudir. Mientras las locales corrían a abrazar a la dueña de la apertura de la cuenta, en la visita todas se tomaban la cabeza. Y es que, sencillamente, fue un golazo.

Cuando Católica quiso empezar de cero, un error infantil le costó el segundo gol en contra. La portera Cárdenas no pudo despejar la pelota ante la presión de las delanteras de la U. Todo lo aprovechó la creadora de las azules, Grau, quien no tuvo nada que hacer más que empujar el esférico para aumentar la ventaja. Las cruzadas miraban al cielo, como pidiendo explicaciones. Y entre lamentos, apenas cuatro minutos más tarde, cayó el tercero de la U. Pérez, la figura del encuentro, le envió un pase bombeado a la mundialista Daniela Zamora. La delantera dejó en el camino a una zaguera rival. También lo hizo con Cárdenas, para definir a arco vacío y festejar con su gente, que de a poco comenzaba a llegar al Estadio Nacional.

Ronnie Radonich, técnico del equipo de la franja, se veía desesperado buscando alternativas para intentar mejorar el desempeño de su escuadra. Hizo cinco modificaciones. Una de ellas, fue el ingreso de Gabriela Aguayo, quien sería determinante. Las azules se veían cómodas, pero una pelota detenida le daría a la UC la posibilidad de seguir con la mente en el cotejo. Aguayo, que recién había entrado, se encontró con el balón luego de un tiro libre y lo mandó al fondo del arco. Repitió diez minutos más tarde, con un zapatazo imposible de atajar para la Lingsch.

La UC despertó. Quería más, por lo que inclinó el campo a su favor. La U empezó a quedarse atrás. No quería dejar escapar el triunfo. Y, pese a que Católica se fue con todo en busca de la paridad, no lo dejaron ir. Con un amistoso círculo en la mitad del terreno finalizó la presentación entre azules y cruzadas. Aplausos para sus respectivas hinchadas, fotos y risas, para demostrar que esto es simplemente fútbol.