Más de seis meses tuvo que esperar Universidad Católica para volver a ver acción en la Libertadores. Y vaya que valió la pena la espera, luego del 2-0 que le endosó la noche de este miércoles a Gremio y que la vuelve a poner en la lucha del Grupo E.
Casi medio año transcurrió desde ese lejano 10 de marzo, cuando los cruzados habían perdido con América de Cali. Tiempo suficiente para que Ariel Holan le diera vueltas a cómo enfrentar el desafío copero y saldar las deudas que el cuadro universitario tiene en la arena internacional. Porque todo lo fácil que se le da en Chile, afuera no ha logrado plasmarlo. Hacerlo es uno de los objetivos del club.
Y este miércoles comenzaron a dar muestras de querer revertir esa imagen. Tras un parejo inicio de cotejo, donde en todo caso la UC jamás se vio en peligro, el dominio comenzó a ser todo del dueño de casa. A los 30′ Fuenzalida tuvo un tiro en el poste y a la jugada siguiente la pelota se paseó por el área de los de Porto Alegre, que en defensa se vieron muy mal. Era un aviso de lo que vendría.
Claro que para eso Católica primero tuvo que ver cómo Zampedri desperdició un increíble mano a mano con el arquero a los 40′. Cuatro minutos después el mismo transandino definió de gran manera una pelota que le pivoteó Pinares. El sino de los delanteros.
Apenas 120 segundos más tarde vino la obra de arte de Pinares: tras un exquisito pase en profundidad de un activo Aued, el ex Unión se hizo un autopase por encima del meta brasileño y solo tuvo que empujar la pelota con la cabeza. Golazo de uno de los mejores de la cancha.
A decir verdad, la UC no tuvo puntos bajos. Saavedra, Fuenzalida y Puch también destacaron. Y eso, además de ser mérito de los propios jugadores, es adjudicable a Holan, quien le ha sabido sacar trote al plantel bicampeón de Chile y que ahora da señales de vida en la Copa Libertadores.
Sí, es apenas un partido. Sí, la UC sigue cuarta de su grupo, aunque ahora por diferencia de gol y a un punto del segundo. Pero también hay que ponderar al rival, los presupuestos y la situación límite con que llegaban los de la franja. Ante Gremio exhibieron carácter y ganas de, de una vez por todas, no irse tempranamente de la Copa. No por nada los brasileños no patearon a portería. Si algo hizo muy bien la UC fue la transición de ataque a defensa y viceversa.
Si aún así no alcanza ya será otro tema. Lo cierto es que Católica demostró que sí puede competir.