Universidad Católica se ilusiona. Los cruzados festejaron la noche del martes su segunda victoria consecutiva en la Serie del Río de La Plata, derrotando por 3-2 a Atlético Tucumán en Maldonado, Uruguay. El triunfo dejó cosas bastante positivas como el funcionamiento en el mediocampo, especialmente de Jhojan Valencia, una de sus refuerzos para esta temporada.

“Siempre me he caracterizado por ser un volante agresivo en la marca, me gusta pelear todos los balones así como recuperarlos, también filtrar balones, hacer cambios de frente y ayudar tanto como ofensivamente como defensivamente, eso encontraran de Jhojan Valencia en Católica. Soy un jugador que no se ahorra ninguna gota de sudor por el equipo, haré lo mejor por mis compañeros y por el club”, comentó el volante colombiano a su llegada al club.

Y en ese sentido, ha sabido cumplir su palabra, dejando una grata impresión en sus dos actuaciones defendiendo la camiseta de la franja. Si bien cometió algunos errores, como la mala entrega que terminó con el golazo de mitad de cancha de Luis Miguel Rodríguez, en el partido ante Atlético Tucumán, eso no fue impedimento para sacar conclusiones positivas en sus presentaciones.

El oriundo de Cali se vio muy bien posicionado como volante central y con gran disposición para apoyar a los defensores. Físicamente mostró bastante despliegue y destacó por su buena distribución del balón, otorgando una salida clara que hace tiempo la UC no tenía. Además, demostró ser un muy buen complemento para Fernando Zuqui en esa zona de la cancha.

La comprensión táctica también es uno de los puntos altos de sus presentaciones. De hecho, a su llegada también prometió aportar en ese aspecto, debido a que el fútbol estadounidense privilegia mucho más ese aspecto que el talento. “Acá en Chile se juega más con el talento y en Estados Unidos es más el tema de la concentración y organización”, manifestó.

Largo seguimiento

En la precordillera resaltan que Valencia “no es una oportunidad de mercado”, sino que es producto de un seguimiento de más de dos años. De hecho, el mediocampista cumplió un buen cometido en la MLS, defendiendo a Austin FC, y anteriormente en Colombia fue figura en el título del Torneo Finalización de 2021 conseguido por el Deportivo Cali.

Asimismo, pesaron dos factores importantes en el jugador para inclinarse por el cuadro que dirige Tiago Nunes: la competitividad y su padre. En el primero, fue claro: “Lo que más me motivó para venir a Chile, fue para venir a competir. Si bien se compite en la MLS, el fútbol chileno es más competitivo y sé que Católica siempre está peleando arriba, eso fomentó mi decisión”.

Mientras que su progenitor Manuel Valencia, campeón con Wanderers en 2001, fue clave para tomar la decisión. “Yo creí que su paso acá no era recordado, pero cuando llegué, me di cuenta de que dejó historia y me llena de orgullo. Es recordado con mucho cariño no solo por los dirigentes, sino que por la gente. Mi padre me ayudó mucho a tomar esta decisión, él ya conocía el fútbol chileno; yo viví acá cinco años y mi hermano pequeño es de acá”, recordó.

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