Lo anunció inmediatamente después de que la Universidad Católica fuera declarada oficialmente como campeón del Torneo Nacional: iba a revisar propuestas para analizar su futuro. Gustavo Quinteros (54) dejaba así la puerta abierta para poner fin de manera anticipada a su estadía en San Carlos de Apoquindo. Después de apenas un año de permanencia, el adiestrador, compungido también por la crisis social y política del país, amenazaba con trastocar toda la planificación estudiantil de cara a 2020.
"Tenemos un contrato firmado, vigente. Y en la medida que ninguna de las dos partes lo corte, entendemos que hay voluntad para seguir. Hemos planificado y estamos planificando el futuro", decía el martes José María Buljubasich, gerente deportivo del cuadro cruzado, bajándole el perfil a una eventual salida del estratega y su cuerpo técnico; y aferrándose a su contrato. Esto, no obstante, a pesar de que el propio argentino nacionalizado boliviano ya había dejado en suspenso su situación apenas un día antes: "Se está trabajando en lo que viene, pero hay mucha incertidumbre respecto del futuro tras la suspensión del torneo", decía el DT tras recibir la copa de campeón.
El aviso ya estaba y ayer por la tarde, el entrenador finalmente informó de su decisión: se marcha de Las Condes para partir al fútbol mexicano, donde el Xolos de Tijuana lo espera como su nueva casa a partir de 2020.
La salida no fue difícil, toda vez que el director técnico transandino contaba con una cláusula de US$ 75 mil (aplicable hasta 30 días después de culminado el torneo) para finalizar prematuramente su vínculo contractual con la institución chilena, que inicialmente expiraba en diciembre de 2020. No aceptó, además, una propuesta de mejoramiento salarial.
"Gustavo cumplió con creces. Demostró su capacidad y experiencia logrando los objetivos. No es fácil renovarse en el éxito y él lo logró", dijo el timonel cruzado, Juan Tagle, en el comunicado donde oficializaron la salida del adiestrador.
Quinteros se va de San Carlos de Apoquindo con 39 partidos dirigidos (24 del Torneo Nacional, seis de la Libertadores, seis de la Copa Chile y dos de la Sudamericana), en los que logró un 66,67% de rendimiento, merced a 24 triunfos, seis empates y nueve derrotas.
Sumó, además, 78 de 117 puntos, impulsando a su elenco a anotar 69 goles y recibir 37 bajo su conducción.
Disyuntiva repetida
El campeón chileno se queda sin entrenador apenas un par de días después de alzar el trofeo y gritar campeón. Una situación anómala y atípica, pero que le ocurre a los cruzados por segundo año consecutivo, pues hace doce meses, tras coronarse en el campeonato de 2018, el español Beñat San José anunció intempestivamente su alejamiento. Una disyuntiva que se repite, justo tras la obtención del segundo bicampeonato de la historia del equipo, el primero de torneos largos seguidos.
Ahora, la cúpula dirigencial de Cruzados deberá centrar sus esfuerzos en la búsqueda de un nuevo cuerpo técnico, con la intención de mantener la línea de juego que los llevó al éxito durante 2019 y no romper la política institucional que mantienen hace varias campañas, con fuerte presencia de jugadores formados en casa.
Nombres van y nombres vienen. Y en el seno del club aseguran que "no se puede descartar nada ni a nadie", dejando espacio para analizar a más de un candidato. Ariel Holan surge como el primer nombre, aunque también resuenan Martín Palermo y Juan Antonio Pizzi. Todos son alternativas. O al menos en la UC no descartan a ninguno.
No hay rencores con el saliente técnico, dicen también en la Católica, aunque admiten que su adiós era "impensado hace un mes".
Paralelamente, en tanto, el bicampeón trabaja en la extensión de la permanencia de Edson Puch, cuya presencia es clave en el plan cruzado de cara a 2020, sea quien sea el nuevo DT.