El plantel de Universidad Católica se juntó ayer en San Carlos de Apoquindo a botar el clásico universitario. No tan solo en el aspecto físico, sino que también en el emocional. El cuerpo técnico dedicó minutos a conversar de lo ocurrido en el Estadio Nacional ante la U, intentando convencer al plantel de que, a pesar de la derrota, ese es el camino para seguir pujando por el título. Apenas pinceladas de autocrítica, los que vinieron más por el lado de los jugadores que de los que toman las decisiones en la cancha.
En la UC, de hecho, extrañaron un discurso un poco más duro. Las culpas se remitieron tan solo a la falta de finiquito, dando tranquilidad, sobre todo a Sebastián Sáez, de que el gol "ya llegará". El cuerpo técnico insistió, tal como apenas consumada la derrota con los azules, que se hizo casi todo bien, con la única excepción de no conseguir los goles. Que el partido se dio acorde a lo planificado.
En tanto, el directorio optó por dejar los análisis para el final de la temporada para no sacar de foco al plantel de cara a un título que por más opciones que han tenido los cruzados, aún no han podido sentirlo en el bolsillo.
En esa vuelta a los trabajos de ayer no estuvo presente Luciano Aued, quien apenas terminado el clásico universitario se trasladó a la Clínica UC San Carlos porque se temía una fractura nasal, la que se confirmó con los exámenes de rigor. Por eso mismo, en horas de la tarde fue operado con éxito y, considerando que los cruzados tendrán libre hoy, se reintegrará a los entrenamientos mañana, cuando los cruzados retomen las prácticas de cara al crucial choque con Antofagasta.