Cientos de hinchas llegaron hasta San Carlos de Apoquindo para despedir al plantel de Universidad Católica. El bus que transportaba a los cruzados salió del recinto en medio de cánticos, bombos, banderas y fuegos artificiales. Pese a la irregularidad del equipo comandado por Gustavo Poyet, los aficionados no pierden la fe en el tricampeón del fútbol chileno, que hoy enfrentará a Palmeiras, en el duelo de revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores.

La misión es compleja, ya que los de la franja perdieron por 0-1 en la ida, el miércoles de la semana pasada, luego de un polémico penal de Germán Lanaro. Por ende, el conjunto precordillerano está obligado a vencer al Verdao, actual campeón del torneo de clubes más importante del continente. En esta edición, los paulistas solo han perdido un partido: 3-4 ante Defensa y Justicia, en la quinta fecha de la fase de grupos.

Como el gol de visita tiene un valor extra, la UC necesita marcar dos tantos para optar a la clasificación directa a los cuartos de final, ya que, si gana por la cuenta mínima, habrá penales. Ahora bien, ningún escenario es fácil. El conjunto estudiantil tiene claro que Palmeiras propondrá mucho más que lo que mostró en San Carlos de Apoquindo hace algunos días.

Y aunque no dio muchas luces de su gran poder de fuego en la cancha cruzada, el equipo de Abel Ferreira realmente es de temer cuando está desatado, sobre todo, jugando en el estadio Allianz Parquee, el escenario de esta tarde. Por ejemplo, solo en el actual certamen suma 14 goles de local en apenas tres partidos: 5-0 a Independiente del Valle, 6-0 a Universitario de Lima y la derrota anteriormente mencionada ante el cuadro de Sebastián Beccacece. Es decir, un intimidante promedio de 4,7 tantos por partido como dueño de casa.

Como sea, el tricampeón solo tiene en mente lograr la hazaña y meterse entre los ocho mejores de América. “Creemos que la concentración, la alta intensidad y la posesión de balón fueron los pilares fundamentales para el manejo del primer partido. Esperamos enfrentar este segundo partido de la misma forma. Creemos que es la forma para poder conseguir el objetivo, así que vamos a ir de la misma manera”, aseguró Felipe Gutiérrez.

“La llave está abierta. Sabemos que es un rival difícil y duro, pero por las sensaciones que manejamos en el primer partido, creemos que la llave está abierta. Vamos a ir con las mismas expectativas del primer partido, así que esperemos que se nos pueda dar algo importante mañana”, cerró el volante.

Premio millonario y bajas importantes

No solo está la gloria y el honor en juego, también hay un suculento estímulo por avanzar a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Si Universidad Católica logra revertir la llave y eliminar al equipo donde milita el defensa Benjamín Kuscevic, se embolsará nada menos que US$ 1,5 millón. Dinero que le vendría muy bien a las arcas de Cruzados, especialmente, en tiempos de pandemia.

Hasta la fecha, el conjunto de la franja suma 4.050.000 dólares en premios, tras haber disputado tres duelos como local en la fase de grupos y uno en los octavos de final.

Eso sí, tendrá una importante baja de cara a la revancha. Luciano Aued, uno de sus principales referentes, se perderá el partido tras sufrir una pequeña fractura en un pie. Por contraparte, Poyet podrá disponer de Marcelino Núñez, quien estuvo ausente en la ida por acumulación de tarjetas amarillas.

Quien también se perderá este crucial compromiso es el juvenil Gonzalo Tapia, quien nuevamente padece problemas musculares. “El caso de Gonzalo es lamentable, porque este año tuvo varias lesiones. Por la velocidad que logra y la masa muscular que tiene, crea más posibilidades de tener problemas musculares. Esperemos que no siga pasando”, comentó al respecto el capitán José Pedro Fuenzalida.

Precisamente, el Chapa es una de las variantes que maneja el técnico uruguayo para alinear en la delantera. Otra alternativa que estará a disposición tras superar un rebelde desgarro es el argentino Gastón Lezcano, quien vuelve a las citaciones.