El discurso de Mario Salas, a pesar de las derrotas y el paupérrimo semestre de su equipo, ha sido categórico hasta el hartazgo. "No voy a renunciar", ha repetido incesantemente. La última vez fue tras caer el fin de semana ante Huachipato.
A pesar de eso, en la precordillera tienen claro que el ciclo del Comandante está llegando a su fin. No tomarán ninguna decisión drástica antes que termine el año. Dejarán que el entrenador continúe durante el Transición. Esgrimen que no es falta de trabajo, sino de respuestas futbolísticas. Sienten, además, que le deben respeto por el histórico bicampeonato entregado al club el año pasado.
Sin embargo, eso no priva a Cruzados de comenzar a buscar al sucesor del ex técnico de Barnechea. Al principio se decantaron por nombres del medio local: Miguel Ramírez, con un paso de más de seis años como jugador por la institución, y Pablo Sánchez, hoy en Everton y cercano a José María Buljubasich desde que coincidieron en Rosario Central. Y aunque a ellos aún no se los descarta, en las últimas semanas se sumó otro objetivo, éste prioritario: Juan Antonio Pizzi. Un viejo conocido de la casa. Así lo confirman a La Tercera desde la cúpula de la concesionaria.
Cuando empezó la búsqueda del nuevo técnico, Macanudo no estaba en los planes, toda vez que en San Carlos veían como impensado que Chile se quedara fuera del Mundial. Los resultados, eso sí, dijeron otra cosa y el abanico se amplió. La figura de Pizzi gusta. Por pasado y por su conocimiento del club. De hecho, en la propia ANFP, personas que trabajaron mano a mano con Pizzi, manejan la misma información.
Macanudo ya estuvo en la banca estudiantil entre 2010 y 2011, alcanzando el título del torneo largo de ese año, con un remate perfecto de campeonato, con siete triunfos consecutivos. Después de eso llevó a la Católica a los cuartos de final de la Libertadores, instancia que la UC no alcanzaba desde 1997.
Y aunque el recuerdo más fresco que en Las Condes se tiene del argentino-español es la final que la U le dio vuelta en 2011, el célbre día del cotillón, su paso por la institución dejó un buen sabor de boca en lo deportivo. Tanto como para repetirlo, siendo la opción que, según aseveran en el propio club, más gusta. Esto, a pesar de la incomodidad que provocó en la hinchada su sorpresiva partida a Rosario Central en junio de 2011.
Claro que el elenco franjeado sabe que deberá luchar en contra de la opinión pública, ésa que tiene a Macanudo como el entrenador que dejó a la Roja sin Rusia. Por eso, desde hace algunas semanas, directivos del propio club iniciaron un proceso de limpieza de imagen con diversas personalidades ligadas a la UC.
En San Carlos, eso sí, saben que la tarea no es sencilla. Desde el círculo de Pizzi creen que lo que menos quiere el DT es retomar su carrera como entrenador en Chile, donde suma varios detractores por su reciente desempeño con la Selección. Cuentan, de hecho, que lo han sondeado de otras latitudes, como Europa o Medio Oriente. Y él no las ve con malos ojos.
"No nos quedaremos sólo en la intención. Vamos a intentarlo. No se pierde nada", advierten desde Cruzados, entidad que actualmente destina cerca de US$800 mil al pago del cuerpo técnico de Salas y que, según cuentan en San Carlos, están dispuestos a hacer los esfuerzos para subir el presupuesto a un millón de la moneda norteamericana y acercarse así a lo que Pizzi percibía en la Selección.
La UC ya fijó su vista en un viejo conocido. Ahora irá a seducirlo. ¿Cómo encajrá la hinchada la noticia? Todo lo bueno que el DT había hecho en su casi primer año de estadía en la UC pareció quedar borrado de un plumazo para la grada el 12 de junio de 2011. Ese día, con todo a favor, el equipo dirigido por Macanudo dejó escapar increíblemente un título ante la U. La Católica lo hizo todo mal (o los azules todo bien), y poco a poco se fueron sumiendo en un pozo que terminó con el clásico rival derrotándolos por 1-4 tras haber ganado la final de ida por 0-2. Fue un mazazo muy duro para la institución, del que le costó años reponerse.
Y es que no sólo en la cancha el equipo cometió pecados. Fuera de ella, el hecho que más se recuerda fue el cotillón con el que los de la franja llegaron al estadio a disputar la revancha. En la U creyeron que se sintieron ganadores antes de tiempo y que Pizzi no hizo nada por evitar el exceso de confianza del plantel. "No quiero decir que esa situación fue un error o que fue un acierto, es algo que se sentía, que el plantel sentía", dijo Pizzi años después.
Lo siguiente vendría poco más de dos semanas después. Sin dar muchas señales de querer partir, Macanudo cambió de colores y firmó por el club que lo formó: Rosario Central. Urgido de un entrenador, los canallas se contactaron con el exdelantero y le ofrecieron hacerse cargo del equipo. Pizzi, sin pensarlo mucho, tomó sus cosas y cruzó la cordillera, dejando con un problema no menor a la Católica. En su momento, la dirigencia lo calificó de sorpresivo y entendible, aunque el grueso de los hinchas no fue tan comprensivo.