No lo venían pasando bien Universidad Católica ni Gustavo Poyet. Sin ir más lejos, hace una semana los estudiantiles lamentaban una de las derrotas más dolorosas que pueden afrontar: frente a la U en el clásico universitario. Después de esa caída, todas las miradas volvieron a estar sobre el técnico uruguayo. Primero, porque los resultados se alejaban de las expectativas que se habían producido a su llegada. Y, luego, porque el nivel de juego del equipo de Las Condes estaba muy lejos del que los ha llevado a dominar sin contrapeso el fútbol chileno en las últimas tres temporadas, en las que consiguió quedarse con el título. De hecho, en la actual, el objetivo para el rioplatense y los suyos no es otro que el tetracampeonato, inédito para la historia del club.
La victoria de ayer sobre La Serena les permite a los cruzados, y sobre todo al técnico, un poco de alivio. Al menos, unas horas de tranquilidad. El triunfo, por cierto, no estuvo exento de dificultades. En el comienzo ni en el final. Un zurdazo alto de Jimmy Martínez, en los 11′, dejaba sin opciones al arquero Sebastián Pérez y reinstalaba los fantasmas que hace rato merodean por Las Condes.
Sin embargo, esta vez, la UC tuvo reacción. Y relativamente rápida. Primero, porque fue capaz de establecer superioridad futbolística y generarse varias ocasiones claras antes de que Diego Valencia igualara el marcador, en los 30′. La más clara, un disparo en el horizontal de José Pedro Fuenzalida. Y luego, porque después de la igualdad mantuvo una efectividad ostensible. Apenas tres minutos tardó Fernando Zampedri para capitalizar un envío de Valencia y revertir el marcador. Y solo seis más, Marcelino Núñez para hacer gala de su especial talento en la ejecución de los balones detenidos y vencer a Zacarías López con un impecable tiro libre.
Cierre de infarto
Con la tarea hecha, y, sobre todo, con la calma recuperada, en el segundo tiempo los cruzados se dedicaron a administrar la ventaja. El equipo nortino tampoco representó una dificultad mayor. Ni siquiera los intentos del técnico Miguel Ponce por darle una característica más ofensiva a su escuadra, con los ingresos de Richard Paredes, primero, y más tarde de César Munder y Santiago Dittborn, logró equilibrar el juego ni menos el marcador.
Sin embargo, el cierre tuvo drama. En los 74′, un centro de Fuenzalida encontró a Zampedri dentro del área. Un cabezazo del goleador cruzado marcó el 4-1. Paredes, en los 80′, previa habilitación de Suazo, acortó la distancia. Y Munder la estrechó aún más, a dos mintuos del final. Terminó 4-3. Con angustia, pero, al menos para la UC y Poyet, con la calma de vuelta.