Juan Antonio Pizzi apeló permanentemente a un término en su última conferencia de prensa: insistió en que Chile deber ir a "competir" con Brasil. Un concepto que trae aparejado una exigencia para el plantel; estar a la altura de las circunstancias. Porque si algo está claro es que hoy la Roja debe hacer el partido perfecto para que el sueño de ir a Rusia - directamente o por repechaje- no quede enterrado en el Allianz Parque.

Ese "competir" al que apela busca encontrar en esta Selección una versión más parecida a la de la Copa Confederaciones, ante Portugal o Alemania, que a las de los últimos tres partidos eliminatorios. Incluso, lo mostrado ante Ecuador, más allá de la victoria, no basta, a juicio del entrenador, para salir con vida ante Brasil. Es decir, la Roja tiene que recuperar la memoria y sobre todo alcanzar rendimientos individuales superlativos, para aspirar a un resultado positivo.

"Estamos dispuestos a competir al máximo nivel, como siempre lo hacemos. Tenemos mucha ilusión de que podamos conseguir el resultado que nos permita ir al Mundial", dijo. "Ojalá podamos estar en el nivel más alto para poder conseguir lo que pretendemos", agregó, insistiendo en su discurso en que no basta las coronas continentales ni las finales conseguidas. Para seguir en carrera, se necesita el máximo de concentración. Algo que la Selección, peligrosamente, no suele hacer con regularidad en las Eliminatorias.

Los números, en ese sentido, no acompañan a Pizzi. Si uno analiza su rendimiento en las Eliminatorias, éste no supera el 50%. Además, jamás consiguió dos triunfos consecutivos. Ahora tiene la opción de romper esa mala racha. El tema es que enfrente estará Brasil, que nunca ha perdido como local un duelo camino al Mundial. Además, el rendimiento como visitante ha sido muy pobre bajo la conducción de Macanudo: apenas una victoria, ante Venezuela, y un empate sin goles ante Ecuador. Lo demás, seis derrotas.

Quizás por eso la insistencia de apelar al término "competir". Reconoce que el equipo tiene que dar un plus ante rivales más exigentes. Y al mismo tiempo es consciente de que bajo su mandato, dando el máximo, a Chile le cuesta doblegar a rivales de clase mundial, como Argentina, Alemania o Portugal.

"El último antecedente concreto es que Chile logró ganarle a Brasil. En el Mundial de 2014 también le compitieron al más alto nivel. Los antecedentes históricos no influyen. Estamos ante un partido nuevo y las posibilidades son las mismas", recordó, jugando con las estadísticas a su favor. No quiere que se genere una atmósfera negativa en la concentración. Y ante cada consulta sobre porcentajes adversos, intenta una explicación: "No tenemos todos los puntos que por ahí merece el equipo por lo que ha mostrado. Muchas veces no se condicen, aunque hoy estemos en el tercer lugar de la tabla".

Tres finales bajo su mandato -Copa Centenario, Copa Confederaciones y China Cup-, dos de ellas ganadas. Logros que sin duda alguna la historia los pondrá en el lugar que corresponde. Pero al mismo tiempo, Pizzi sabe que tiene ante sus ojos la posibilidad concreta de quedar fuera del Mundial, fallando en el principal objetivo que le planteó la dirigencia de Arturo Salah al contratarlo. Un escenario extraño que se resolverá en 90 minutos y que a juicio del técnico está preparado para afrontar. "Sé lo que está en juego. Sé lo que pasará si clasificamos o quedamos eliminados. Entiendo esto", advierte, sin querer nombrar la palabra fracaso. Sabe que tiene aún en el cargador una última bala. Y quiere dar en el blanco para seguir con vida.