Se enojó el presidente estadounidense. Esta vez no con los inmigrantes, ni con los demócratas. Tampoco con Rusia o con Kim Jong-un. El enfado de Donald Trump apunta hacia algunas de las máximas figuras estadounidenses de dos de los deportes más populares de su país.
El viernes, Trump la había emprendido contra los atletas de la NFL, la máxima liga del fútbol americano. El mandatario había señalado que los dueños de los equipos deberían despedir a los jugadores que escucharon el himno de EE UU arrodillados, como protesta contra el trato de la policía a la gente de raza negra, y contra la injusticia social.
"¿No les encantaría ver a alguno de los dueños de la NFL, cuando alguien deshonra a nuestra bandera, decir: ´¡Saca a ese hijo de puta del campo ahora mismo! ¡Fuera, estás despedido!?'", dijo Trump en Alabama, considerado como uno de los estados más racistas. Se ganó los aplausos de los segregacionistas asistentes. "Comentarios como éste demuestran una desafortunada falta de respeto hacia la institución", respondió la NFL a través de un comunicado.
El fin de semana siguió sumando polémicas. Luego fue la NBA, y Trump se siguió echando encima al mundo del deporte de su nación.
Como es tradición, los campeones del máximo torneo de baloncesto son recibidos por el presidente de turno en la Casa Blanca, pero esta vez, a Golden State Warriors le fue retiradada esa invitación. Todo partió por Stephen Curry, el base y figura del conjunto californiano. El basquetbolista manifestó su deseo personal de no asistir al recinto presidencial para inspirar algún mensaje de cambio. Luego, el magnate, a través de su cuenta de Twitter, escribió: "Ir a la Casa Blanca es considerado como un gran honor para el equipo campeón. Stephen Curry lo está dudando, por lo tanto, la invitación se retira".
Anulada la visita del plantel de Oakland, figuras del baloncesto salieron en defensa del dos veces MVP de la NBA.
Lebron James fue el que más fuerte disparó, tratando de "zángano" al republicano. "Asistir a la Casa Blanca era un honor hasta que tú apareciste", tuiteó el alero de los Cleveland Cavalliers. Después, King James subió un video y llamó a la unión: "Estamos pasando por momentos muy críticos. Como estadounidenses tenemos que estar unidos para un bien mejor". Chris Paul, por su parte, señaló: "Con todo lo que está pasando en nuestro país, ¿por qué estás concentrado en ver quién se arrodilla y quién visita la Casa Blanca?". El base de Houston Rockets también dudó que Trump sea lo suficientemente hombre como para insultar en la cara a uno de esos jugadores de la NFL.
Los Warriors, en tanto, emitieron oficialmente un comunicado respecto a la situación: "Esperábamos reunirnos esta mañana como equipo para decidir si asistíamos o no a la Casa Blanca, aceptamos que el presidente Trump ha dejado en claro que no estamos invitados. Estamos decepcionados por no haber tenido la oportunidad durante este proceso de compartir nuestra forma de ver las cosas y por no haber podido dialogar sobre los problemas que están afectando a nuestra comunidad", Y agregaba la comunicación que utilizarán el viaje programado a Washington en febrero para "celebrar la igualdad y la diversidad".
El ex basquetbolista y actual entrenador del campeón de la NBA, Steve Kerr, se sumó a las críticas contra el mandamás: "¿Qué pasa con la ironía de que el discurso libre vale si eres un neonazi gritando odio y no vale si te quieres arrodillar para protestar?". El técnico también calificó la frustrada visita a la Casa Blanca como una oportunidad perdida, ya que querían hablar con Trump de la situación del país y de los problemas que realmente importan. "La idea de mantener un discurso con un tipo que se dedica a tuitear y a degradar a la gente diciendo las cosas que dice es bastante complicado", expuso.
Curry también añadió que "(Trump) está por debajo de lo que tendría que hacer un líder; los líderes no actúan así". Declaraciones cruzadas entre la Casa Blanca y figuras del deporte estadounidense.