Japón fue eliminado ayer del Mundial. Los orientales dejaron el torneo en forma dramática. A última hora, Bélgica los sorprendió con un contraataque letal y sentenció su eliminación. Sin embargo, los asiáticos partieron del torneo ofreciéndole al mundo otra enseñanza.
Si sus hinchas ya habían sorprendido a todos limpiando el sector que ocupaban en los respectivos estadios (práctica que también realizaron los seguidores de Senegal y que luego imitaron otros), ahora fue el turno del plantel de demostrar su cultura.
Terminado el compromiso ante los belgas, los jugadores nipones asearon completamente su camarín. Lo dejaron impecable, reluciente. Y, en lugar de manifestar rabia o decepción, dejaron un mensaje que resumía la experiencia: "Gracias".
La actitud ha generado la admiración del mundo entero.
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