La última parada de Claudio Bravo

Claudio Bravo

Después de dejar el Manchester City, el arquero de la Selección se apresta a firmar su último contrato en Europa. Ya acordó con el Betis. En el intertanto, vislumbra un futuro vinculado al negocio deportivo e inmobiliario.



El miércoles 21, Claudio Bravo cerró su ciclo con el Manchester City. A través de las redes sociales, con dos mensajes en inglés y una traducción al español, el arquero que levantó la Copa América y la Copa América Centenario como capitán de la Selección puso término a un ciclo de cuatro años en el equipo inglés en el que era feliz y en el que terminó ganándose el reconocimiento pese a las escasas oportunidades que tuvo para jugar. “Siempre en mi corazón”, respondió a las muestras de afecto genuinas e institucionales. El arquero nacido en Viluco ya tiene claro su futuro. Con 37 años, tuvo varias opciones para continuar su trayectoria. Eligió al Betis de Manuel Pellegrini.

Estaba contento Bravo en el Manchester City. A sus cercanos, se lo repetía constantemente. “Estoy en el mejor equipo del mundo”, les decía. La valoración iba más allá de que no se condijera con la obtención de títulos continentales, la gran meta pendiente para la gestión de Josep Guardiola, que también lo cautivaba. También les aseguraba que privilegiaría su permanencia en Inglaterra para que sus hijos dominaran el idioma. Solía lucir los progresos de sus vástagos en esa materia.

En el staff de Guardiola

Y tenía otro motivo esencial: si el guardameta nacional extendió su permanencia en los Ciudadanos pese a la posición secundaria que ocupaba después de la llegada del brasileño Ederson, buena parte de la explicación radica en su intención de absorber la mayor cantidad de conocimientos del técnico español, quien llegó a deslizarle su intención de incorporarlo a su staff. El guardameta sentía que en el City tenía todo lo que buscaba para esta etapa de su carrera.

En su siguiente paso buscará condiciones parecidas: desarrollo profesional y, sobre todo, comodidad familiar. Bravo es aclanado. Su prioridad es la tranquilidad del núcleo familiar que completan su esposa, Carla Pardo, y sus hijos, Josefa, Maite, Mateo y Emma. Por esa razón ha descartado propuestas de Emiratos Árabes y Estados Unidos. España es su lugar favorito en el mundo. En ese país, cuenta con inmuebles en San Sebastián y Barcelona. El Villarreal y la Real Sociedad, donde llegó su amigo David Silva, también lo pretendieron. Bravo y su esposa habían dado alguna señal al seguir las cuentas en las redes del equipo andaluz. Hubo incertidumbre también. En el directorio del Betis surgieron discrepancias: a una parte le seducía el portugués Rui Silva, del Granada, cuyos 26 años lo hacía más proyectable que los 37 del nacional. El técnico Manuel Pellegrini siempre quiso al chileno.

En su nuevo destino, Bravo no transará su ambición deportiva. Es esa una de las razones por las que antes desechó mercados atractivos económicamente, pero poco interesantes en el ámbito futbolístico. Sabe que aún puede medirse con los mejores del mundo. “Claudio es todo cabeza. El carácter de competidor que tiene viene de ahí. De mucha exigencia, de sacar lo mejor de sí mismo. Llega bien y si se siente arropado puede hacer un gran campeonato. La exigencia física de un arquero no es la misma de un jugador. La toma de decisiones es por experiencia. Claudio en ese aspecto llegará fuerte”, prevé Roberto Navajas, quien guió sus primeros pasos en Europa, en la Real Sociedad.

El preparador descarta de plano que la elección sea en el contexto de una carrera que se acerca a su fase terminal. Incluso que su falta de continuidad en el City le juegue en contra. “Llega a aportar cosas. Quizás necesite un par de partidos en la pretemporada y listo. En el City lo demostró. Los desafíos tienen que ver con los objetivos. Tiene que ajustarlo bien. No lo veo dando el 99 por ciento, siempre el 100”, insiste. Navajas le entregó referencias a Antonio Cordón, el director deportivo del Betis, respecto de las fortalezas de Bravo, que trascienden su rendimiento en el pórtico. “Claudio puede ser importante en ese club, por personalidad, experiencia, carácter. Es un club que necesita varias referencias. Es un reto muy bonito. Puede parecer un paso atrás, pero hay que valorar muchos factores. Si llega, va a disfrutar. Puede conseguir cosas interesantes. Es un club incluso con más potencial que la Real Sociedad. Es una opción bonita”, sentencia.

Navajas descarta que Bravo elija en función de la garantía de titularidad que no tuvo con Guardiola. “En el mundo del fútbol nadie la asegura. La competición te quita y te pone. Nadie llega con la camiseta puesta. Lo que quiere el entrenador es un tipo que saque el partido adelante. Tampoco es que Claudio se quiera sentir indiscutible. Al final, todo el mundo quiere retos. Los tuvo en la Real, se fue a un equipo mejor como el Barcelona, consiguió el Zamora y siguió buscándolos. Es muy importante cómo piensa, cómo gestiona la cabeza, sus objetivos”, añade.

Constructor y político

En 2018, poco después de sufrir la rotura del tendón de Aquiles izquierdo, la lesión más grave de su carrera, Bravo retomó los libros para cursar un máster en coaching deportivo, directivo y sicología. Sentía que saldaba una deuda pendiente desde que tuvo que congelar sus estudios de Educación Física para partir a Europa y daba muestra de que sus intereses van más allá de sus obligaciones profesionales. Va por más. Hace algunas semanas manifestó su intención de cursar un nuevo postítulo, esta vez en Gestión Deportiva. Con sus amigos, de hecho, rara vez habla de fútbol.

La post carrera lo inquieta. En esa línea, por ejemplo, hace rato emprendió en El Uno Campus, un complejo deportivo ubicado en Buin, donde suele participar en clínicas deportivas cada vez que viene a Chile. En esa comuna además de tener su casa, cuenta con otros terrenos que pretende destinar a su otra gran inquietud: la veta inmobiliaria. “Quiere construir condominios”, dicen sus cercanos.

También hay otro proyecto en que avanza aceleradamente, aunque hasta ahora tendría alcance familiar: construye una casa en Puerto Varas.

El aspecto social es otra de sus inquietudes. Ya ha realizado obras de ayuda a la comunidad, como cuando entregó viviendas amobladas a familias de Santa Olga afectadas por un gran incendio, en 2019. O este año, cuando financió la construcción de una noria, que favoreció a unas 150 personas que llevaban un largo período sin agua. De ahí que también haya reconocido que le interesaría participar en la política. “Me gusta mucho la parte de poder ayudar a los demás”, dijo en el programa Mujeres con Opinión, en Instagram.

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