Claudio Bravo fue protagonista y capitán de los mejores momentos en la historia de la selección chilena. El portero, quien este lunes anunció su retiro de la actividad profesional como jugador, levantó dos títulos de la Copa América, aunque reconoce que uno de ellos fue el más emotivo.
En junio de 2016, la selección chilena llegaba a Estados Unidos como uno de los favoritos para ganar la Copa Centenario, la misma que recordaba un siglo de la primera versión de la Copa América, el torneo más antiguo del planeta a nivel de equipos nacionales.
Mal que mal, la Roja ya había levantado el trofeo el año anterior, cuando derrotó a Argentina en los penales. Una generación que ya había asistido a dos versiones de la Copa del Mundo y había conseguido en Chile su primer trofeo continental.
Sin embargo, el estreno del equipo en tierras norteamericanas dejó muchas dudas, sobre todo en cuanto a las opciones de defender la corona conseguida en 2015.
La derrota de 2-1 ante Argentina fue un golpe duro para el equipo que, en ese entonces, dirigía Juan Antonio Pizzi. El mismo rival que había superado en la edición anterior fue muy superior a la Roja, tanto que terminó con un inapelable triunfo.
El segundo partido de Chile en el torneo tampoco fue descollante. Si bien venció 2-1 a Bolivia, el equipo no jugaba bien. Situación que quedó refrendada en el tercer encuentro, cuando el cuadro nacional ganó 4-2 a Panamá, pero no despegaba en el juego.
La emoción de Bravo
Pese a su irregular cometido, la Selección consiguió 6 puntos en el Grupo D. Suficiente para avanzar en el segundo puesto de la zona y ganarse un cupo en la ronda de los mejores ocho equipos del torneo estadounidense.
Una situación que, años después, quedaría patente en los recuerdos de Claudio Bravo. Precisamente, uno de los momentos más emotivos del ahora exarquero de la selección chilena.
“La única vez que lloré en la Selección fue cuando ganamos la Copa Centenario. Yo venía de una situación familiar, venía de una lesión. Llegué al torneo sin entrenar. Mis primeros tres partidos fueron un desastre, pero un desastre”, aseguró el de Viluco en entrevista con El Deportivo, después de la Copa América de 2021.
Después de esa errática primera fase del torneo, la Roja ganó de manera sobresaliente a la potente selección de México por 7-0. Para muchos, uno de los mejores partidos del equipo chileno en su historia.
Un merecido marcador conseguido en Santa Clara, en el mismo recinto que recibió el pálido debut, ante un público que estaba completamente en contra, con una mayoría de público azteca.
Aliciente perfecto para vencer 2-0 a Colombia en la semifinal de Chicago. Cuatro días más tarde, en la final, la Roja volvió a quedar en blanco ante Argentina, con una gran actuación de Bravo. Otra vez en los penales, el equipo nacional provocó una nueva frustración a los transandinos.
“Físicamente estaba, pero mi cabeza estaba en otro lado, porque habíamos tenido algo con la más pequeñita en casa. Y, quieras o no, primero están en nuestra cabeza las funciones de padre. Estaba en una situación difícil que no había vivido en mi actividad. Mira cómo terminó la película”, reconoció el portero quien sumó 149 partidos con la Roja.