El desastre ocurrido en el Estadio Nacional la noche del martes puso en un pie muy delicado a Universidad de Chile frente a la mirada de la Unidad Disciplinaria de la Conmebol. Los informes del oficial de seguridad, el ecuatoriano Lino Proaño, y del comisario argentino Gustavo Battagliotti fueron bastante severos, según revelan desde la confederación.
"Es un informe confidencial, que ya está en poder de la Unidad Disciplinaria. Ellos son los encargados de imponer una sanción. Si bien no le puedo decir nada sobre el contenido, sí le puedo decir que todos los que estuvimos en el estadio vimos lo que ocurrió", afirma Battagliotti a La Tercera.
El funcionario enfatiza en este último punto. "Hay imágenes grabadas, fotografías. Lo que yo veo, lo ve todo el mundo. Es evidente que el que estuvo en el estadio vio lo que pasó", insiste.
El transandino cuenta que el martes se fue de la cancha dos horas después de terminado el partido: "Supimos que hubo incidentes afuera, pero cuando nos fuimos ya no había nada".
En ese contexto, se fue preocupado por lo que vio. "La situación del país es compleja y a nivel social hay una resistencia a Carabineros, que son los encargados del orden", sostiene. Y añade: "Ojalá esto se pueda solucionar, tomando en cuenta que dentro de poco vienen las Eliminatorias".
Los azules arriesgan perder la localía, asumirla sin público y sanciones económicas bastante fuertes, ya que por encender bengalas se establece un mínimo de US$ 5.000, por los destrozos US$ 10 mil, más indemnización. Además, puede ser castigada por invasión o tentativa de ello (US$ 15 mil, como mínimo).
Inter también se sumó a los reclamos por la seguridad. "Esperamos que la Conmebol, a partir de los registros, actúe con rigor. Vamos a juntar todos los elementos con nuestro departamento jurídico", expresó Alessandro Barcellos, vicepresidente del cuadro de Porto Alegre.
En los próximos días, la Unidad Disciplinaria de la Conmebol emitirá su veredicto. "Dadas las conversaciones, las sanciones serán fuertes", asume resignado José Luis Navarrete, el presidente de la U.
Los azules no son nuevos en estas instancias disciplinarias. Ya en 2017 el organismo rector del fútbol sudamericano había sancionado al club con tres partidos de visitante sin hinchas y una multa de US$ 80 mil por incidentes protagonizados por sus barristas en Sao Paulo. Mientras que en 2014, la institución había sido castigada con US$ 10 mil y el cierre parcial de las tribunas en un partido en casa.
Sanciones locales
Aparte de las sanciones que llegarán de fuera, el Nacional está siendo juzgado por las autoridades chilenas. La Intendencia Metropolitana, de hecho, anunció acciones legales y estudia posibles castigos, de acuerdos a los informes técnicos.
Y los primeros castigos ya llegaron. La primera medida que tomó la mesa de seguridad, que conforma la autoridad regional, junto a Estadio Seguro, y de la que también formó parte la propia Universidad de Chile, fue cerrar la galería sur por un plazo indefinido.
Por la tarde, la U oficializó las penas. "Se bloquean todos los elementos de animación solicitados por los hinchas y se sella el acceso a la galería sur. Se bloquearán las entradas de todas las personas que asistieron a ese sector en los últimos dos partidos y solo podrán acceder abonados que reubicaremos en otra zona", anunció Navarrete, quien contó que las estructuras quemadas fueron sacadas de un kiosko que fue vandalizado.
No se quedó ahí el mandamás azul, pues también se estudian otras medidas. "Se proyecta evaluar hacia el futuro el ingreso de nuestros hinchas visitantes para el partido ante Santiago Wanderers", adelantó, junto con explicar que "semanalmente se presentará una propuesta" para ir explorando si se vuelve habilitar o no el sector clausurado.
También se presentaron acciones penales. Por ejemplo, el sujeto que invadió la cancha fue capturado y se le aplicó una prohibición de 16 años sin entrar a un estadio, además de las medidas cautelares correspondientes. Mientras que a los detenidos en las afueras del recinto se les apartó por nueve años de las canchas.