Labruna advierte: “A Colo Colo le podría pasar lo mismo que a River”
El ex técnico del Cacique se alerta ante la incómoda situación deportiva alba, aunque confía en Gustavo Quinteros. Recuerda su paso por Chile y el lío del choque.
Omar Labruna (63) estuvo un año en la banca de Colo Colo y, sin embargo, logró ganarse el cariño de los hinchas del Cacique. Su paso por Macul dejó un triunfo sobre la U de Sampaoli y un par de frases que pasaron a la historia. Y, también, un vínculo que no se rompe. Por eso, el estratega se inquieta por la situación que atraviesa la escuadra alba. “No es la realidad de lo que marca una institución de los quilates de Colo Colo. El equipo más importante de Chile, el más grande. Hoy veo que el equipo no está bien. En el campeonato chileno está bastante complicado. Asumió Gustavo Quinteros, lo conozco, tenemos una muy buena relación. Su capacidad será muy importante. Conoce el fútbol chileno, salió campeón con la Católica. Tiene trayectoria a nivel clubes y selecciones, pero lamentablemente a veces los técnicos dependemos de la conformación de los planteles y veo que el plantel de Colo Colo tiene algunos baches. Gustavo como entrenador va a tener que trabajar con lo que hay, levantarlos en lo anímico, físico y futbolístico. Es una situación preocupante”, reconoce en la reciente edición de El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo de La Tercera.
¿Qué le produce ver al equipo albo en el penúltimo puesto de la tabla?
Uno tiene mucho cariño por la gente de Colo Colo. Siempre me han brindado lo mejor. Mis primeros partidos fueron difíciles porque me pasó una situación parecida, hasta que el equipo fue recibiendo el mensaje eso lleva un tiempo. Después pudimos clasificar a la Sudamericana, más allá de que en los playoffs nos eliminó la Unión Española, pero los jugadores se fueron compenetrando. Hoy Colo Colo está en una situación donde los tiempos son inmediatos. Es preocupante por el cariño que le tengo a la gente de Colo Colo.
¿Por qué cree que llega ahí?
En la casa cada uno tiene que poner las cosas en su lugar. Ahí se mezclan un poco los roles cuando a veces la directiva se pone a ver qué opinan los jugadores. El cuerpo técnico con el director deportivo son quienes tienen que encaminar este tipo de cosas. Hay jugadores que de pronto están para determinado equipo pero no para llevar en sus espaldas lo que significa Colo Colo. En la conformación del plantel están los errores. Hubo algunas diferencias en la economía del club con el plantel. Todos estos roces después se ven reflejados en el campo de juego, porque el jugador no se puede apartar de los problemas de la institución. El equipo está sufriendo todo este tipo de cosas.
¿Cree que los jugadores de hoy no tienen la jerarquía suficiente para estar en Colo Colo?
Colo Colo necesita tener jugadores jóvenes e importantes, que se pongan la camiseta y sepan de las presiones. Hoy sin público se iguala más. Si no tienes la jerarquía de ir al frente, de ganar de local y de visita, como en su momento lo transmitimos, es una realidad. Hay jugadores que les pesa todo eso, capaz necesitan un tiempo, pero en los equipos grandes los tiempos se esfuman. Se tiene que conseguir resultados.
Colo Colo trajo un técnico de nivel, como Gustavo Quinteros, y sin embargo, aún no logra triunfos. ¿Ya es tiempo de empezar a exigir?
Sí. Él estará encontrándole la vuelta. Cuando un equipo se acostumbra a no ganar es difícil levantarlo. Puedo hablar muy bien de Gustavo, confío en toda su capacidad. Conoce el fútbol chileno y eso es bueno. Tiene que tratar de sacarlo lo mejor y trabajar con lo que hay. Tiene que levantar en todos los aspectos para que Colo Colo pueda salir de esta situación delicada. Nadie está acostumbrado a que el equipo esté en este lugar de la tabla de posiciones.
Si le hubiesen ofrecido dirigir a Colo Colo en la situación actual, ¿lo hubiese aceptado?
Uno siempre confía en su trabajo. Antes de agarrar un club se analiza el plantel. Si Quinteros lo agarró es porque piensa que puede sacarlo de esta situación. Yo hubiera hecho lo mismo. Tratar de salir de esta situación de la mejor forma, sentarme con el directorio y decir que a este equipo hay que jerarquizarlo, reforzarlo, nivelarlo en todos los lugares. En este momento uno se pone a trabajar para salir de esta situación. A veces los tiempos de los entrenadores son los resultados. Hay que tener un plantel y un equipo acorde a lo que es Colo Colo.
¿Cuán difícil es para un entrenador enmendar la herencia de otro? En este caso, de Mario Salas.
Es difícil porque hay que estar prácticamente a diario con todos los jugadores. Sacarles lo mejor. Ver cuál es el mejor sistema para este momento. Por más que Colo Colo tenga que salir a atacar en todos lados capaz que no tiene los jugadores para eso. Quizás tiene un plantel para jugar de contragolpe, esperar y contragolpear, pero eso no es del paladar ni el gusto del hincha. Hoy Colo Colo tendrá que renunciar a sus formas y adaptarse al plantel que tiene.
Después de la derrota frente a Iquique, Quinteros declaró que el equipo había jugado bien…
A nosotros en los primeros partidos, que empatábamos y perdíamos, yo decía que en la semana al equipo lo veía bien, pero el fin de semana eso no me andaba en cancha. Capaz que Quinteros vio una mejoría pero el hincha, en general todos, no vimos que el equipo la haya tenido. Él capaz que vea actitudes, que tendrá que reflejar en el juego y sobre todo en los resultados. Hoy Colo Colo tiene conseguir en cada partido los tres puntos.
Este equipo refleja miedo a equivocarse, a perder, ¿hay una estrategia de Quinteros de tratar de no hundir más a sus jugadores?
Sí, lo dije de entrada, que hay que trabajar mucho no solamente en los entrenamientos, sino también en lo mental, lo sicológico. Cuando el jugador ya no tiene confianza, cuando ve que el rival le hace un gol, caen en un pozo. Lo vi de local contra Peñarol, que perdían 1-0 y lo pudieron remontar. Pero el equipo no reflejó un buen juego. Quinteros ahora los tiene que tener con mente positiva y fuertes anímicamente. En ese aspecto está bien, como cabeza del grupo tiene que mostrar y decir que están mejorando. En la intimidad tiene que estar machacando los errores y virtudes para que esto mejore.
¿Cómo evalúa la gestión de Blanco y Negro? ¿Usted le ve alguna influencia decisiva en lo que está pasando?
Sí, tiene que ver. Lo conozco de adentro. Todos los miércoles tenía reunión con ellos. Cuando no se conseguía un resultado en seguida gente que no sabe mucho de fútbol, son grandes empresarios, en los primeros diez minutos trataba de aguantar las cosas que me decían en el buen sentido o malo: ‘no está bien el equipo, hay que poner a los chicos’. Este no es un momento para chicos, estas situaciones te la sacan los grandes. Después uno explicándoles los hace recapacitar y que tengan confianza en el trabajo. Si los directivos se meten en la parte futbolística, ahí no hay salida. Para eso está el cuerpo técnico y el director deportivo. Tienen que confiar plenamente en su cuerpo técnico.
¿Cómo evalúa la gestión de Marcelo Espina como director deportivo de Colo Colo?
El anterior cuerpo técnico con Espina tenía una estrecha relación. A Espina, por el momento, los resultados no se le han dado. Nadie puede dudar de su capacidad y de lo que fue en Colo Colo. Pero está en un lugar donde también tiene que respaldarse y creer en él mismo para brindar confianza. Si uno ve que el director deportivo también está bajoneado, todo se transmite. Ahora no se puede ir para atrás. Hay que ser positivo por el bien de Colo Colo.
¿En qué se parece la situación que vive Colo Colo a la que experimentó River Plate, otro grande que tuvo problemas y que finalmente se fue al ascenso en Argentina?
Se parece, con todo el sentimiento que tengo con River, en las malas administraciones, en contratar jugadores que no estaban en ese momento para el club, en no creer en un cuerpo técnico, en cambiarlos. Las malas administraciones llevan a a la institución después le pase lo que le pasó a River, esperemos que no sea el caso de Colo Colo.
En River daba la sensación de que el tiempo pasaba sin que se dimensionara la gravedad de la situación. Cuando se dieron cuenta ya estaban descendidos. ¿En Colo Colo puede pasar algo similar?
Podría pasar. En River cuando descendió el presidente era Daniel Pasarella, que fue un grande como jugador y entrenador, pero en la gestión como presidente no le fue bien porque pensó que desde la oficina se pueden armar un montón de cosas. Nosotros los entrenadores, que estamos a diario con los jugadores, sabemos la actualidad del plantel. Colo Colo para atrás no puede mirar. Trajeron un cuerpo técnico de jerarquía para salir de esta situación y después todos estos errores que cometieron, que no los vuelvan a cometer. Ojalá puedan salir de esta situación. Hoy el fútbol es muy parejo. Los rivales ya te pierden el respeto, no miran que en frente está la camiseta de Colo Colo. Ven que es un equipo vulnerable, que no está fuerte anímicamente, que no lastima ofensivamente. Los rivales te salen a jugar de igual a igual, eso le pasó a River. Le está pasando a Colo Colo, cualquiera viene a Macul a jugar de igual a igual. Antes se metían todos atrás y jugaban de contragolpe.
Los jugadores de Colo Colo reflejan temor y lo traspasan a la cancha, ¿cómo se combate esta situación desde el cuerpo técnico?
Hacer charlas individuales y grupales. Cuando se hace el análisis de los rivales, mostrarles lo mejor de uno. No hablar tanto del rival. En este momento hay que mirar para adentro y levantar al equipo. En ese trabajo debe estar Gustavo, de poder sacarlo lo máximo al equipo en lo individual y colectivo. Del rival hablar lo justo y necesario. Si en la charla técnica hablamos un 80 % del rival y un 20 % de uno, entramos perdiendo.
¿Se compara esta situación con alguna de las que le tocó vivir estando en Colo Colo?
No. Me tocó agarrar un equipo que venía muy mal, cabizbajo, con jugadores que no estaban bien. Traté de buscar un 11 titular. Habíamos separado a algunos y recuperamos el gran nivel de Millar, Vidangossy la terminó rompiendo conmigo. Traté de buscar un equipo ofensivo. Arriba tenía a Muñoz, Flores y Olivi. Traté de buscar un 11 titular. Creo que Gustavo estará haciendo lo mismo. No sé si Colo Colo hoy tiene un plantel amplio para meter tanta mano.
Su comienzo igual fue complicado. Estuvo seis fechas sin ganar en los primeros siete partidos. Quinteros suma cinco…
A nosotros la ansiedad no nos podía vencer, por eso separábamos por semana a cuatro o cinco jugadores, hasta ponerlos a todos en un mes y medio a lo que yo quería. Hoy Quinteros tiene que arreglarse con lo que hay. No hay tiempo para pretemporada ni para hacer grandes cambios. Tiene que tratar de levantar y en la semana ver cuál es el 11 titular que le de más confianza a él y a los jugadores mismos.
¿Le falta a Colo Colo un golpe de suerte que cambie un poco la realidad mental del plantel?
La suerte hay que acompañarla de un buen juego. Nosotros conseguimos después un equipo que le ganó a la Católica, a la U de Sampaoli que era muy fuerte en ese momento. Hoy a Colo Colo le faltaría uno o dos resultados positivos y que el equipo mejore en todos los aspectos para que el jugador vuelva a retomar esa confianza.
¿Cuán importante fue para usted ganarle a la U de Sampaoli, cuando se mandó la frase célebre ‘la moda se acabó’?
Fue muy importante. Los últimos clásicos no habían sido buenos. Sampaoli venía de hacer un muy buen trabajo en la U. de Chile. Ese día nos merecíamos un triunfo para toda la gente de Colo Colo que explotó el Monumental. El gol de Muñoz a Herrera es inolvidable. Lo que dije de ‘la moda se acabó’ es parte del folclor. Todo el mundo hablaba con razón de la U. de Chile y Colo Colo venía de resultados adversos. Le ganamos a la U, a la Unión Española, que era muy fuerte, ganamos en Apoquindo. El equipo retomó la confianza y por eso ganamos la fase regular. Nos perjudicó un poco que nos expulsaron a De la Fuente en el partido de ida frente a la Unión y Millar salió desgarrado. La campaña fue más que meritoria.
¿Tuvo un valor muy especial ganarle a esa U de Sampaoli?
Sí, muy grande. Esa semana para nosotros fue muy importante. Le dimos la inyección anímica a los jugadores para que se sientan importantes. Es de los partidos que se deben ganar para que el jugador retome confianza. Ganamos el clásico de muy buena manera. Fue muy importante más allá de un premio económico.
Ese Colo Colo iba en alza pero justo se produce su accidente automovilístico, ¿cuánto influyó esa situación?
Fue equivocación mía, fue incómodo. Después terminamos con diez charlas en barrios carenciados. Asumo mi culpa, que fue una equivocación. Uno salía por los medios no hablando de fútbol, sino por un hecho feo, puede ser que haya influenciado. En la semana veía bien a los jugadores, el tema no se tocaba, pero después se prendía la televisión y te muestran por esa noticia. Ese martes jugábamos con Audax el principio de los playoffs. Fue una equivocación que asumí, pero no creo que haya pesado. Fue algo que ya pasó, quedó en el olvido. Pedí las disculpas del caso.
¿Qué quería conseguir cuando cambió su versión para desviar la atención y atribuirle el choque a su señora?
Eso quedó todo en la justicia. No tuve ningún inconveniente. Me dieron esas charlas que tuve que dar. El único culpable fue Omar Labruna. En ese momento pensaba en el resultado deportivo. En 48 horas teníamos que jugar un partido importante y no me hice valer por hacer las cosas como correspondía. Después se tergiversaron las cosas. Eso se resolvió de la mejor forma. Toda la carga la tuve que asumir yo.
¿Cómo tomó que la verdad comenzara a esclarecer a partir de una información que se filtró desde la sede de la U?
Ahí veían que en Colo Colo lo deportivo estaba muy bien. En la U se enteraron por algún directivo y querían bajarnos de alguna forma. Es todo un desarrollo de las cosas. Fue un tema más periodístico. Pero en la semana de entrenamiento estábamos enfocados en los resultados. Después nos tocó perder con la Unión Española, porque en ese momento ellos tenían un gran equipo y nos ganaron en la cancha.
Imagino que después se rompieron algunas confianzas…
El directorio supo toda la verdad de todo esto. Por eso me bancaron en seguir con el otro proceso. Esto ocurrió en noviembre, en diciembre me hubieran sacado. Supieron toda la verdad, conocieron todos los actos y por eso me la protección para poder continuar. Después no se dieron algunos resultados y empezamos otra vez con el tema del accidente. De Colo Colo tengo los mejores recuerdos. Como ser humano me equivoqué como todos. Para tener grandeza hay que saber pedir perdón y disculpas.
¿Cómo percibe su relación con el hincha de Colo Colo, cree que lo valoran?
Totalmente, en mis redes, en todo momento. Cuando preguntan si les gustaría que Omar Labruna fuera el próximo entrenador, los computos de las votaciones son muy valorables. La gente supo valorar mi trabajo, se identificó con el equipo. Saben el paladar que uno tiene, que me gusta ir al frente. Cuando en mi país me cruzo con ciudadanos chilenos que son hinchas de Colo Colo estoy para la foto. Se acuerdan muy bien del equipo, que no estaba plagado de estrellas, pero supo saber a qué jugábamos, que le llego el mensaje y terminamos haciendo una muy buena campaña. Capaz con más tiempo el título podría haber llegado porque el plantel estaba totalmente identificado conmigo.
También dirigió a Audax y a Everton. De los tres clubes, ¿en cuál fue más féliz? ¿Qué le faltó para realizar una buena campaña en Everton?
Llegué a Audax en 2010 de la mano de Lorenzo Antillo padre e hijo. Me encontré con un equipo que le podía dar confianza. Hicimos una campaña maravillosa. Los agarré en el puesto 14 y terminamos terceros. El club estaba muy identificado conmigo. Fui elegido como el mejor entrenador del año por la ANFP. Cinco y seis jugadores seleccionados de Audax. El club vendió 12 o 13 jugadores en mis años de gestión. Me quedaban seis meses de contrato y dije que podía pagar mi cláusula para poder dirigir en Colo Colo. Pero no porque no estaba contento en Audax, ellos me dieron todo, me abrieron las puertas del país. En Everton me encontré con un plantel que no le pude llegar ni sacar lo mejor. De siete partidos me tocó perder cuatro o cinco, el equipo estaba luchando abajo y ahí contrató a Acosta, un entrenador que está acostumbrado a vivir estas situaciones, capaz que yo no estoy acostumbrado a pelear un descenso y me tuve que ir. No me salieron bien las cosas, no encontré un equipo para lograr el juego que yo quería. Ningún entrenador tiene comprado el éxito.
Después de que partió de Viña, ¿le ha llegado alguna propuesta para volver al fútbol chileno?
En su momento hubo algunas cosas pero no se pudieron concretar. En Audax tienen los mejores recuerdos de mí, me lo hacen llegar siempre. Me fui en su momento, ellos me querían prolongar el contrato porque era todo muy exitoso. Cómo jugaba el equipo, el análisis que hacíamos nosotros con el director deportivo. Pero quedaron heridos porque me fui. Lo hice porque el tren pasa una vez y hay que subirse. En Audax ganaba más dinero que en Colo Colo. Se pagaron 300 mil dólares. Colo Colo le dio 100 mil a Audax y yo puse 200 mil de mi bolsillo para ir a dirigir a un grande. Pero a Audax no le interesaba el dinero, sino el proyecto que continúe Omar Labruna, pero yo no quería cortar esa posibilidad de dirigir al más grande de Chile. A Audax no le cerró bien el ciclo porque me desprendí de la institución en un momento cuando estábamos desarrollando un trabajo muy bueno entre todos.
¿Falta un poco en el fútbol actual esa ambición de priorizar el objetivo deportivo, incluso para hacer un sacrificio para llegar a un equipo grande?
Lo hice, no sé si todos estamos capacitados para hacerlo. La gente valoró mucho mi esfuerzo. Iba por el éxito deportivo con un Colo Colo que venía mal, pero desde afuera veía que tenía un buen plantel. Capaz que en Audax hasta el día de hoy podría estar estando, porque el club nunca en su historia vendió tantos jugadores a Europa, a Colo Colo, más de 12 o 13 futbolistas. Si yo no buscaba lo deportivo, hoy estaría dirigiendo a Audax. Siempre se identificaron con mi trabajo.
¿Qué pasó con Omar Labruna después de que se fue de Chile? Las campañas no fueron buenas, ¿qué explicación hay?
Cuando llegué de Chile agarré Nueva Chicago que estaba en la B Nacional y lo pude ascender a Primera División. En toda su historia jugó cinco veces en Primera y yo estoy dentro de esa historia. Ahí la directiva después no entendió que cuando uno pasa de una división a otra hay que invertir dinero porque es otro nivel, hay que traer jugadores para Primera División. Eso pasa en todos los países. Después tuve una muy buena campaña en Platense, no tuve buena campaña en Gimnasia de Mendoza. Tuve altibajos. Ya cumplo 25 años desde que arranqué con Ramón Díaz en River como técnico alterno y conseguimos ocho títulos. He tenido momentos muy buenos y otros no tantos, es la realidad que nos llega a todos.
¿Es cierto que se desgarró por tener sexo antes de un partido?
Fue una anécdota que conté porque mi padre era el entrenador y yo me desgarré. Me preguntó qué me pasó y le dije que había cometido un exceso, ahí vino la llamada de atención. Los jugadores tienen que saber que es un equilibrio en todas las cosas. Es la alimentación, el descanso, el entrenamiento y la vida íntima también. Los excesos son malos, hay que ser equilibrado porque la carrera del futbolista es muy corta y se tiene que aprovechar al máximo.
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