Lama no supo aprovechar su ventaja ante Cerúndolo

El Chile Open es un escenario familiar para Gonzalo Lama (657°). El tenista nacional jugaba por segunda vez en su carrera en el cuadro principal del ATP chileno. Lo había hecho mediante una invitación en 2014, siendo eliminado por el argentino Horacio Zeballos, campeón defensor. Este año nuevamente recibió un wild card -para muchos, sorpresivo- y tampoco el sorteo de apiadó mucho de él, pues lo puso en el camino del transandino Juan Manuel Cerúndolo (182°), reciente monarca del ATP 250 de Córdoba, donde ganó sus tres partidos de las clasificaciones y los cinco del main draw. Pero, a pesar de la diferencia de contextos, el jugador local no pudo aprovechar las numerosas ocasiones que tuvo en el primer set y terminó eliminado por 7-5 y 6-2, en una hora y 26 minutos.

Con solo 19 años, La Compu, como fue bautizado por la prensa de su país en alusión a su estilo táctico de juego, llegaba con la confianza de haberse convertido en uno de los pocos jugadores en conseguir un ATP en su debut. El León, por su parte, tuvo un comienzo interesante ganando el M15 de El Cairo, pero luego fue eliminado en primera ronda en el Challenger de Concepción. Desde ahí, se dedicó a preparar su actuación en San Carlos de Apoquindo, en busca de su primera victoria en este nivel.

El chileno comenzó a un gran nivel, dañando con su derecha. En el segundo juego ya había tenido tres puntos de quiebre, que no supo aprovechar, pero en el cuarto game logró el ansiado rompimiento y todo parecía encaminarse a su favor. Incluso, tuvo otras cuatro oportunidades en el sexto, que le hubiesen significado ponerse 5-1, pero las desaprovechó. No solo eso; dejó que su rival -que nunca perdió la calma- creciera y lograra dos rupturas más para quedarse con el primer parcial.

El mazazo de perder ese capítulo inicial fue decisivo para Lama, quien empezó a quedar corto con sus tiros y a sentirse cada vez más incómodo y errático. Cerúndolo, por su parte, se apegaba a su libreto de desgaste con tiros altos y profundos, a los que le agregó mayor soltura. Así, logró un quiebre en el primer juego y otro en el tercero, que sentenciaron el partido.

El pupilo de Cristóbal Saavedra nunca más volvió. El desgaste mental y las numerosas ocasiones perdidas le quedaron dando vueltas, generando un espiral de pesimismo que terminó con su derrota, en un partido que, por un momento, pareció tener en el bolsillo.

“El partido lo pierdo de cabeza, no logro controlar mis emociones. Se me empieza a emparejar un partido que parecía completamente controlado por mí, de un momento a otro empieza a salvar break points. No logro meterme de vuelta con la misma calma del primer set. Es triste, siempre he tenido seguridad en mi tenis, pero hay temas mentales que los traigo desde la época que tuve mi mejor ranking”, reflexionó Lama tras su caída.