Santiago 2023 no sólo fue una cita para los grandes atletas de nuestro continente. También fue el reencuentro del deporte con las familias chilenas, en un país dónde la Educación Física dejó de ser un ramo obligatorio en colegios y liceos.
Por lo mismo, lo que sucedió durante estas semanas es un paso adelante en la formación de las nuevas generaciones, pues -junto a los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos- se desarrollaron instancias de formación inclusiva, diversa y sostenible en 60 colegios de varias regiones del país y quedaron plasmadas en el libro llamado Educar para transformar: el Rol Social del Deporte.
Texto que fue lanzado esta semana y que es descrito por la jefa del área de Interacción con Comunidad del evento, María Olivia Rivas, como “un sueño hecho realidad”. Esto porque “tener a miles de niños caminando, jugando y gozando por todos nuestros recintos y en todas las regiones, fue un camino bastante largo que no se hubiese logrado sin los profesores, protagonistas fundamentales, quienes tenían la misión de encantar y transmitir eso a sus estudiantes”.
Y precisamente un docente reveló que los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos sí marcaron la vida de los estudiantes. “Lo principal de esto es que se implementó una semillita y va a ir creciendo con el tiempo, como profesores la tenemos que ir regando cada día para que los estudiantes quizás no sean deportistas de élite, pero sí sean buenas personas”, señaló el representante de Escuela Boca Sur de San Pedro de la Paz, el profesor Ricardo Barahona.
Por último, el director ejecutivo de Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls, relató la historia del pequeño alumno de la Escuela Básica Rural San José, Vicente. “Cuando estoy enojado con alguien, juego a la pelota y se me pasa, es como algo que me ayuda, aparte unirme con mis compañeros, algo que me ayuda a pensar solamente en eso y concentrarme, porque algo que me gusta hacer”, narró la autoridad del evento deportivo.
Y gracias a esa historia, argumentó que “esto nos refleja exactamente, en vez de salir a pelear con alguien, en vez de generar una desunión, va a participar en una actividad física, con eso se olvida del problema y busca una solución”.
Acto seguido, Mayne-Nicholls concluyó: “Creo sinceramente que los Juegos demostraron que no necesitamos estar peleando, sino ser capaces de construir, de concentrarnos, de jugar a la pelota para que se nos pase el enojo, y entre todos saquemos adelante nuestro país y nuestra comunidad”.