Larcamón pone experiencia

Nicolás Larcamón

El DT de Curicó basa su plan en posicionar a un jugador experimentado por línea. Tres han pasado por los grandes: Paulo Garcés, José Rojas y Carlos Espinosa.



En cinco meses, el panorama de Curicó Unido cambió totalmente. Con la paralización del campeonato 2019, el elenco del Maule acabó decimotercero, en la lucha por la permanencia, y con tres técnicos. Al instaurarse la tabla ponderada para 2020, el objetivo inicial de los curicanos era alejarse del fondo. Pero ahora la cosa cambió. Aspiran más alto. Luego de siete partidos están en la vanguardia del torneo, cumpliendo su mejor campaña histórica en Primera: 16 puntos de 21 posibles. Un 76% de rendimiento.

Una de las caras visibles del Curicó 2020 es el entrenador Nicolás Larcamón, quien con 35 años es el tercero más joven de la categoría, luego de Francisco Bozán (33) y Paqui Meneghini (31). A la directiva curicana le tentaba tener a un DT joven. Tras la salida de Hugo Vilches, quien solo estuvo un juego, la dirigencia se contactó con el ex Antofagasta y Huachipato y lo ataron tras una negociación veloz.

“El año pasado tomamos la decisión de hacer un numeroso cambio en el plantel. Ya eso daba una opción de revertir la situación de los últimos campeonatos, además de traer a Nicolás, que también hace ver una opción de formar un proyecto más ambicioso. Uno de los objetivos es la permanencia, pero en una posición cómoda, no peleando en los últimos puestos. El segundo objetivo es llevar a Curicó, por primera vez, a una copa internacional. Esperábamos estar dentro de los ocho primeros”, dice a La Tercera el presidente del club, Freddy Palma.

Como todos los elencos complicados con el promedio, Curicó hizo una renovación profunda en su plantel. Llegaron 13 jugadores nuevos (tres arqueros, por ejemplo). De los 31 futbolistas de la plantilla, nueve tienen 30 años o más. No se trata de un plantel veterano (el promedio de edad es de 26 años), pero sí la columna vertebral tortera es Sub 35: Paulo Garcés (35) en el arco, José Rojas (36) en la defensa, Martín Cortés (37) y Carlos Espinosa (37) en el medio, y el uruguayo Diego Vera (35) en el ataque.

“Queríamos conformar una columna vertebral con jugadores de experiencia sin escatimar lo económico. En un principio, los medios locales decían ‘qué estábamos haciendo’ porque veían a nombres jóvenes, con experiencia, contrataciones de la B, pero todo estaba planificado para que así fuera”, añade Palma. La industria del fútbol tiene como punto principal de sustento la venta de jugadores. En esa línea, el elemento más exportable que tienen es el seleccionado Sub 23 Matías Cavalleri, quien ha iniciado de suplente en las últimas jornadas debido al buen presente del equipo.

Un factor diferenciador que tiene Curicó Unido respecto del resto es que es una corporación y no una sociedad anónima. En otras palabras, el club es de los socios. “Cuando empezamos a dimensionar a las empresas que sostienen el fútbol chileno, nosotros estamos en una desventaja tremenda. No hay un dueño. Curicó la componen 12 mil socios activos, los cuales son parte de la propiedad. No es fácil llevar un club con bases de corporación y que no tiene la herramienta principal, que es el accionista. El club se debe mover con fuentes propias de ingresos”, detalla Freddy Palma.

El de este lunes, en La Granja, será uno de los cotejos más interesantes de la fecha, porque Curicó recibe a La Calera, los sorprendentes animadores de la liga local.

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