Las bases ‘anti-escritorio’ que deberá votar el Consejo de Presidentes para la temporada 2022

La temporada 2022 del fútbol chileno está por comenzar. Los clubes se potencian y desarrollan sus respectivas pretemporadas para ratificar lo bueno que lograron en la campaña anterior o para no volver a pasar zozobras, según sea el caso. Mientras los jugadores recuperan la forma física y el nivel deportivo, los dirigentes se abocan a la definición de los aspectos formales del Campeonato Nacional. Este viernes, el Consejo de Presidentes, la máxima instancia de la ANFP, votará las bases de la temporada, de la Primera División el documento que regulará el desarrollo de torneo. La propuesta que llegará a manos de los respectivos timoneles contendrá una modificación crucial: se intentará evitar a todo evento que las controversias se terminen resolviendo a última hora y por la vía administrativa, como ha ocurrido en las últimas temporadas.

El fantasma del escritorio sigue generando problemas tanto a la ANFP como a sus clubes asociados. Para muestra, basta exponer que la indefinición respecto de las denuncias que pesan sobre Melipilla, que le costaron la expulsión, al menos en la Primera Sala del Tribunal de Disciplina, mantiene paralizada la disputa de la liguilla de ascenso. La contienda puede extenderse, pues después de conocer el dictamen de la Segunda Sala, el tribunal de alzada del fútbol chileno, los Potros evalúan recurrir al TAS. Cada diligencia añade más tiempo a la resolución del conflicto.

Ese escenario es, precisamente, el que aspira a evitar la propuesta que expondrá el directorio que preside Pablo Milad, que se viene preparando hace varias semanas.

Concretamente, las nuevas bases contienen una disposición ‘anti-escritorio’ o que al menos establece los plazos para interponer las respectivas denuncias. El artículo 77º, contenido en el título XV, de la vigencia y de la prescripción, fija los límites para iniciarlas. “Salvo norma expresa en un sentido diverso, el plazo para presentar las denuncias sobre infracciones establecidas en las presentes Bases prescribirá transcurridos cinco días hábiles contados desde la comisión de la infracción”, sostiene. La disposición no pretende otra cosa que evitar que las protestas se produzcan en forma extemporánea y como una estrategia para afrontar urgencias deportivas, sobre todo a finales del torneo.

El articulado también establece con claridad las vías de clasificación a los respectivos torneos internacionales. Así, los tres primeros del próximo Campeonato Nacional recibirán los cupos para disputar la Copa Libertadores de 2023, en condición de Chile 1, Chile 2 y Chile 3. El Chile 4 se le asignará a la escuadra que se adjudique la Copa Chile.

En tanto, a la Copa Sudamericana clasificarán los equipos que finalicen entre los puestos cuarto y séptimo.

En cuanto a los descensos, la propuesta considera la pérdida de categoría para los equipos que ocupen el último y el penúltimo lugares de la clasificación.

El artículo 89º menciona los descensos por razones administrativas o la desafiliación. En ese caso, el club sancionado pasará a ocupar el último puesto de la tabla y se entenderá que ha perdido todos sus encuentros por 3-0.

Los presidentes escucharán la propuesta antes de validarla. Sin embargo, en las últimas horas, a través de su cuenta en Twitter, Jorge Uauay, timonel de Palestino, expuso una postura que llevará al plenario. “Es prioritario generar una normativa eficiente respecto a los juveniles, que solucione de raíz el problema que se generó al tenerlos sin competencia durante dos años”, expone el dirigente del club árabe, quien propone terminar con la obligatoriedad de incluir elementos jóvenes en los encuentros del torneo, aunque también define un camino para potenciarlos.

“No hay que descubrir la pólvora, podemos mirar ejemplos cercanos. En Argentina, los juveniles conviven con los reservas en un campeonato muy atractivo y que incluso es televisado”, puntualiza, a modo de ejemplo de una nueva estrategia para abordar la generación de nuevos talentos.